Alta Fidelidad
Del ‘nunca aprendemos’ a espacios de ‘luces y sombras’
Sin haber hecho ningún estudio al respecto, solo basta tener una visión retrospectiva de este corto tiempo para apreciar la cantidad de cosas que hemos aprendido. Hemos aprendido a vivir de otra manera, a rehacer la forma de relacionarnos, a retomar nuestras vidas de puertas adentro. Para algunas personas habrá sido más fácil, para otras no tanto, pero en cada uno de los casos hemos tenido que adaptarnos y finalmente lo hemos conseguido.
Del ‘nunca aprendemos’ a espacios de ‘luces y sombras’ – Somos los mismos y las mismas, pero distintos y distintas – Por Laura Quiun – Doctora en Psicología – Especial para conRderuido.com
«La velocidad a la que ha ocurrido todo ha contribuido a retar creencias a un ritmo vertiginoso como individuos y como sociedad»
El recuerdo de tres lecturas me ha permitido navegar de mejor manera por estas aguas inciertas del tiempo de confinamiento por coronavirus:
- Viktor Frankl me ha facilitado un dialogo con el tiempo y encontrar un sentido al momento actual.
- El diario de Ana Frank me ha ayudado a repensar los términos de este confinamiento.
- El recuerdo de los primeros capítulos de la biografía de Simone Veil, de la que aprendí que a pesar de que la guerra parara sus estudios, una vez terminada supuso un tiempo de reconstrucción. A pesar del dolor de la pérdida, de lo terrible de los hechos vividos, no solo pudo acabar sus estudios sino llevar adelante una vida de nobles obras.
Los inicios de esta crisis, tanto como el futuro retorno, representan para mí un espacio de incertidumbre
Estas lecturas me han dado argumentos para poder comprender el tiempo que vivía. Lo mismo que para otras personas han servido sus creencias o sus juicios heurísticos, han sido mi particular manera de poder comprender ese universo complejo que tenía delante.
Los inicios de esta crisis, tanto como el futuro retorno, representan para mí un espacio de incertidumbre.
Dependiendo del abordaje es posible que hallamos incluido sesgos que eviten que contemos con una visión amplia del espacio que se nos presentaba y de las posibilidades para hacerle frente.
- El énfasis que se halla hecho respecto a determinado tipo de actitudes, según cómo lo hayamos hecho y cómo haya sido percibido, puede haber contribuido a sumar o restar en cada persona.
- El recuerdo en los medios de comunicación de una noticia como la gripe española nos ha mostrado una enfermedad virulenta que impactó con fuerza en la sociedad, tanto como la incredulidad inicial con la que se le hizo frente, similar a la forma como muchas personas están haciendo frente a la pandemia del coronavirus.
Del ‘nunca aprendemos’ a los espacios de ‘luces y sombras’
Seria interesante exponer estos hechos en términos que lleven a explorar en aquellos sesgos de confianza presentes entonces y los presentes ahora, mas que en términos de ‘nunca aprendemos’.
Los hechos actuales son una invitación a pensar en la forma cómo queremos que se nos informe y si todos entendemos en los mismos términos el concepto de realidad
Es importante medir el malestar psicológico y actuar de forma proactiva.
No debemos hacer una generalización de los peores escenarios sin hacer al mismo tiempo una exposición real de los recursos personales con los que contamos, de los aprendizajes sociales y las posibilidades que este escenario, a pesar de todo, ha facilitado.
Los hechos actuales resultan una invitación a pensar en la forma cómo queremos que se nos informe y si todos entendemos bajo los mismos términos el concepto de realidad, como un escenario compuesto por luces y sombras.
Sin haber hecho ningún estudio al respecto, solo basta tener una visión retrospectiva de este corto tiempo para apreciar la cantidad de cosas que hemos aprendido.
En un corto periodo de tiempo hemos aprendido a vivir de otra manera, a rehacer la forma de relacionarnos, a retomar nuestras vidas de puertas adentro.
Para algunas personas habrá sido más fácil, para otras no tanto, pero en cada uno de los casos hemos tenido que adaptarnos y finalmente lo hemos conseguido. La velocidad que ha ocurrido todo ha contribuido a retar creencias a un ritmo tan vertiginoso, no solo a nivel individual sino como sociedad.
Enfermedad y metáfora
Esta enfermedad nos enseña, como una metáfora, distintas cosas y que para primero cuidar hay que cuidarnos.
Que a pesar de la distancia podemos estar cerca. Que del mismo modo que tras una guerra, esta crisis ha permitido que aflore aquello que nos diferencia del resto de las especies y nos hace humanos, la posibilidad de cooperar.
Nos enseña a disfrutar de la calma que da sentir que formamos parte de algo más grande que resulta un bálsamo en estos momentos
Nos enseña a disfrutar de la calma que da sentir que formamos parte de algo más grande, algo que resulta un bálsamo en momentos como los que vivimos.
Somos los mismos, pero somos distintos, querámoslo o no.
Esta crisis ha hecho que nos rindamos a distintas realidades y que las miremos de frente.
Nos ha enseñado que nuestro potencial es inmenso cuando queremos conseguir algo, que la creatividad resulta nuestra gran aliada, que para serlo no necesitamos tener dotes artísticas sino simplemente explorar todas las opciones que nos ofrece el nuevo panorama y desde nuestros propios recursos identificar como podemos enfrentarlos.
Es posible que el recuerdo de periodos anteriores como la pasada crisis de 2008 haya volado por la mente de cada uno respecto a aquello que se nos pone por delante.
Lo cierto, también, es que hemos aprendido, hemos podido adaptarnos, hemos podido evaluar un riesgo como es la posibilidad del incremento de la violencia de género, como profesionales, buscando proveer de recursos de apoyo para el panorama inminente que se presentaba, generando estudios no solo para elaborar curas para el virus sino para entender que nos pasaba.
Si nos guiamos por juicios heurísticos es posible que pensemos, tomando en cuenta la crisis del 2008, que otra vez lo haremos mal, sin tomar en cuenta que podemos hacerlo distinto porque también somos capaces de hacerlo.