Alta Fidelidad
¿Oír o escuchar?, no es lo mismo
Para quiénes somos coaches, una de las competencias sobre la que es importante que trabajemos es en nuestra escucha activa. Oír no es lo mismo que escuchar y hacerlo no implica necesariamente que sea de un modo activo. En la escucha muchas veces median las proyecciones que hagamos sobre el otro.
Para quiénes somos coaches, una de las competencias sobre la que es importante que trabajemos es en nuestra escucha activa.
Oír no es lo mismo que escuchar y hacerlo no implica necesariamente que sea de un modo activo. En la escucha muchas veces median las proyecciones que hagamos sobre el otro.
Me refiero a la interpretación del otro a partir de la idea que tenemos de nosotros, así como tomando en cuenta al otro como alguien igual a nosotros o como una persona en la que vemos todo aquello que no somos capaces de aceptar en nosotros.
Escuchar al otro
Un ruido así genera interferencia en la comunicación, impidiendo que exista un entendimiento real de aquello que el otro nos quiere decir, impidiendo de este modo que la comunicación sea fluida, y según la situación incluso perniciosa.
Para acceder a esta presencia plena en la escucha del otro, primero es importante haber conseguido esa presencia plena con el nosotros.
El autoconocimiento, la toma de contacto con nuestras emociones, la regulación emocional, la empatía con nosotros mismos, y la conciencia que en ocasiones pueden surgir ciertas ideas asociadas a estas emociones que no se ajustan del todo a aquello que tenemos delante.
La auto-aceptación facilita esa aceptación del otro, haciendo que los filtros que frenan la comunicación se diluyan
Proyección y no aceptacion
La auto-aceptación facilita esa aceptación del otro, haciendo que los filtros que frenan la comunicación se diluyan, haciendo más fácil las cosas.
El hablar del otro a través de nosotros, fue definido como proyección, por Freud, e identificado como un mecanismo de defensa, junto con otros más: la negación, el desplazamiento, p.e. Lista, que posteriormente fue ampliada por su hija Anna, quien siguió enumerando aspectos siempre desde un marco de psicopatología.
La proyección según identificaron, constituía una respuesta de no aceptación frente a características personales que a nivel social podían ser incomprendidas.
Este concepto, con orígenes claramente psiconanalíticos, ha devenido en un objeto de estudio por parte de la psicología social, la cual desde una óptica empírica ha redefinido, identificado sus variantes y ha podido explicar aspectos que conforman este proceso.
La proyección se desarrolla como producto de la interacción que mantengamos con otras personas
No se trata de un mecanismo de defensa. Años después se pudo ver que no se trata de un ‘mecanismo’ como tal, sino como el resultado final de este mecanismo.
Es decir, la proyección se desarrolla como producto de la interacción que mantengamos con otras personas.
Años después, Holmes (1968, 1978, 1981, en Baumeister et al, 1998) encontró que esta conceptualización podría resultar tendenciosa.
Encontró incoherente el plantear que la persona podía ver sus rasgos negativos en el otro. Constituye esto una visión del otro en la cual se incluyen tanto aspectos positivos como aquellos negativos (Neumann, Duff y Baumeister, 1997, en Baumeister, Dale y Sommer, 1998).
Esta proyección defensiva es producto
de tratar de suprimir características no deseadas, consiguiendo paradójicamente que estas estén presentes, influyendo en la idea que adquirimos del otro
Cohesión, atracción y apego
Esta proyección defensiva es producto de tratar de quitar suprimir aquellas características no deseadas, consiguiendo paradójicamente que estas estén presentes influyendo en la idea que adquirimos del otro
Pero este ruido, no sólo lo conforman la proyección defensiva.
Existe la proyección social, la cual influye en la percepción de cohesión, atracción y apego. Es aquella que facilita al mismo tiempo que interfiere en la forma como funcionamos en el mundo.
Juega en nuestra contra porque la idea por la cual nos afiliamos a los grupos forma parte de un aprendizaje previo, llevando muchas veces un alto nivel de expectativas, que no necesariamente corresponde con la realidad.
La proyección funcional también es producto de un aprendizaje emocional previo. Maner et al (2005), encontraron la presencia de un componente adaptativo, asociado a la supervivencia y la continuidad de la especie. En un estudio en el que tomaron en cuenta proyección funcional a partir de la rabia y la búsqueda de pareja.
Estos autores identificaron que las proyecciones asociadas a estas dos emociones eran universales y formaban parte de un proceso evolutivo.
Falsos consensos
Dentro de toda esta tipología de proyecciones, es importante tomar en cuenta también los falsos consensos, que no son otra cosa que asumir que el otro tiene nuestras mismos gustos y preferencias, o todo lo contrario, que somos los únicos que contamos con determinado tipo de gustos y preferencias.
Todos estos enfoques permite acercarnos a la proyección de una manera distinta, no en tanto que está mal en nosotros, incluyendo también el atribuir características positivas yendo incluso más allá describiéndola como producto de un proceso evolutivo y de aprendizaje socio-cognitivo.
La Psicología Social cogió la posta de conceptos identificados por el padre del psicoanálisis y por su hija. La búsqueda de evidencia empírica ha permitido entender de una forma más sistemática el proceso.
Este concepto, con estas raíces también puede ser válido para el coaching, si aspiramos a darle una base empírica, que explica uno de los primeros niveles de escucha.
Escucha plena
Esta teoría permite saber, que hay aprendizajes previos que hay que desaprender para poder acceder a esa escucha plena. La cual no es otra cosa que una toma de conciencia plena de nosotros, en aras de un objetivo final que es la escucha activa del otro, con un valor detrás: el completo entendimiento del otro.
Quizá las aproximaciones sean en apariencia distinta, pero se trata a su vez de una hoja de ruta evolutiva a través de estos distintos enfoques. Uno desde esa capacidad de poder identificar y buscar curas a malestares presentes, producto quizá de su propia época. El tomar en cuenta su importancia, tratando de sistematizar su entendimiento a través de estudios empíricos, resultado de dar una entidad de ciencia a la Psicología.
¿Cómo podemos escuchar al otro, si no somos capaces primero de escucharnos a nosotros mismos?
Aspectos que facilitan una consciencia de su existencia y trabajo en ello, para que podamos llevar a cabo un abordaje distinto como es el caso del coaching, encaminado no a buscar qué está mal, sino como a partir de nuestro presente podemos hallar caminos para poder cimentar los pasos que guíen a ese lugar soñado, disolviendo aquellas piedras que encontramos en el camino.
Si bien la escucha activa es una competencia propia del coach, es una habilidad que resulta de utilidad para mejorar nuestro contacto con el otro. Su aprendizaje más allá de para ser coach, resulta de igual importancia.
Aceptar la imperfección
¿Cómo podemos escuchar al otro, si no somos capaces primero de escucharnos a nosotros mismos?
La imperfección es aquella cualidad que nos permite ser humanos, antes la aceptemos, antes comprenderemos a quién tenemos delante
Desde allí, sólo desde allí, podremos eliminar esos filtros que nos impiden ver de forma completa al otro.
La imperfección es aquella cualidad que nos permite ser humanos, antes la aceptemos, antes comprenderemos a quién tenemos delante. No lo haremos desde nosotros, sino estaremos presentes para el otro.
En un libro que aborda el trabajo de regulación emocional, encontré que citaban una frase de Claude Debussy:
¿Cuánto tiene que ser explorado y descartado antes de llegar a la carne desnuda del sentimiento?, a la cual añado, en clave musical, para poder alcanzar la armonía con el otro.
Bibliografía
- Baumeister, R. F., Dale, K., & Sommer, K. L. (1998). Freudian defense mechanisms and empirical findings in modern social psychology: Reaction formation, projection, displacement, undoing, isolation, sublimation, and denial. Journal of Personality, 66(6), 1081-1124.
- Maner, J. K., Kenrick, D. T., Becker, D. V., Robertson, T. E., Hofer, B., Neuberg, S. L., … & Schaller, M. (2005). Functional projection: How fundamental social motives can bias interpersonal perception. Journal of personality and social psychology, 88(1), 63.
- Newman, L. S., Duff, K. J., & Baumeister, R. F. (1997). A new look at defensive projection: Thought suppression, accessibility, and biased person perception. Journal of Personality and Social Psychology, 72(5), 980.