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Los peligros de consumir alcohol para conciliar el sueño
«Mucho cuidado con mezclar alcohol con somníferos».
Dra. Irene Rubio Bollinger, especialista en Neurofisiología Clínica
y en patologías del sueño.
Unidad de Sueño del Hospital Quirónsalud Sur
Los peligros de consumir alcohol para conciliar el sueño. Abordamos esta cuestión con la Dra. Irene Rubio Bollinger, especialista en Neurofisiología Clínica y en patologías del sueño, Unidad de Sueño del Hospital Quirónsalud Sur.
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Los peligros de consumir alcohol para conciliar el sueño
Dra. Irene Rubio Bollinger
Las bebidas alcohólicas desempeñan un papel social importante en muchas culturas del mundo.
Sabemos que el alcohol es una sustancia depresora del sistema nervioso. Como tal, ralentiza las funciones del cerebro y altera la capacidad de autocontrol. Muchas veces, se confunde con un estimulante.
Entre los efectos del alcohol podemos citar los siguientes:
- Desinhibición
- Euforia
- Relajación
- Aumento de la sociabilidad
- Dificultad para asociar ideas
- Descoordinación motora, etc.
¿Por qué preguntamos a los pacientes en la Unidad de Sueño si consumen alcohol, cuánto y cuándo?
El alcohol es una sustancia sedativa y las personas con problemas para dormir suelen usarlo como ayuda porque les ayuda a iniciar el sueño.
Veo pacientes en la consulta que se automedican con alcohol para combatir el insomnio. Al hacerlo de manera continuada pueden establecer unos patrones de conducta nocivos.
Así, entran en un círculo vicioso que acaba produciendo alteraciones cerebrales y en concreto del sueño que pueden persistir incluso cuando hayan dejado este hábito.
El córtex cerebral tiene funciones como la percepción e interpretación de información, así como iniciación de actividad motora, toma de decisiones, motivación, atención, aprendizaje, memoria y capacidad de resolver problemas.
Estar sedado no es lo mismo que estar dormido
El alcohol, como sedante, afecta a esta área cerebral y hay que tener claro que estar sedado no es lo mismo que estar dormido.
El proceso de sedación no es equivalente al sueño natural y fisiológico. En realidad, lo que estamos es perdiendo la conciencia con más rapidez.
El alcohol provoca una mayor fragmentación del sueño y más alertamientos durante la noche. Pero, al estar sedados, nos damos menos cuenta de estas interrupciones, somos menos conscientes, por eso hasta sentimos que hemos dormido estupendamente.
Pero es debido a esta cantidad de alertamientos y fragmentación lo que evita que nos sintamos bien y recuperados al día siguiente.
Alteraciones diversas
El alcohol también bloquea el sueño REM. Influye así en los procesos de consolidación de la memoria, las emociones… alterando nuestro humor, recuerdos y sensación de bienestar durante el día.
También afecta a la secreción de hormonas que se segregan por la noche y que son necesarias para el organismo como la del crecimiento. Esta hormona nos ayuda a recuperarnos, a quemar grasa y aumentar nuestra musculatura.
De hecho, hay estudios que muestran que se altera la secreción de las hormonas del crecimiento y las hormonas sexuales: en los varones disminuye la testosterona y en cambio en las mujeres la aumenta. Por ello, durante la adolescencia, el consumo de alcohol puede ser perjudicial para el desarrollo.
Deshidratación
Muchas personas que han tomado algo de alcohol en exceso la noche previa, pueden notar a la mañana siguiente una sensación desagradable con dolor de cabeza, cansancio, fatiga…
En general, se achacan estos síntomas a lo que llamamos «resaca». Esta resaca es, en parte, por la deshidratación, ya que el alcohol inhibe la liberación de la hormona antidiurética de tal forma que se va muchas más veces al baño.
Pero algunos de estos síntomas se deben al mal descanso producido por el alcohol ya que a medida que se va metabolizando en el hígado comienza a convertirse en una sustancia estimulante por lo que se producen alertamientos que fragmentan la estructura normal del sueño.
¡Cuidado con mezclar alcohol con somniferos y melatonina!
Además, no solo la noche se ve afectada, sino que al levantarse cansado y abotargado se recurre entonces por la mañana a estimulantes para compensar y se puede abusar de la cafeína hasta bien entrada la tarde.
Así, entramos en un circulo vicioso, ya que será más complicado coger el sueño por la noche.
También el alcohol puede empeorar otras patologías del sueño como las apneas. De hecho, un roncador aumenta los ronquidos y apneas con el alcohol ya que es un relajante muscular y actúa sobre los músculos de las vías aéreas superiores interrumpiendo el proceso habitual de respiración.
El síndrome de piernas inquietas también se ve agravado con el consumo de alcohol.
Cuestiones más graves pueden ocurrir si mezclamos alcohol con algunos medicamentos como somníferos. Por lo tanto, está totalmente desaconsejado mezclar el alcohol con hipnóticos sedantes.
Tomar alcohol antes de acostarse altera el sueño
No es necesario ser tajante, pero mi recomendación es tener un tiempo de al menos unas horas entre beber alcohol y acostarse. Igualmente, debemos ser racionales en la cantidad de alcohol que consumimos.
Queda claro que la ingesta previa a acostarse altera nuestro sueño. Esa copita de vino o caña de cerveza debería limitarse a media tarde. Incluso es mejor tomarla en la hora del aperitivo o saber que por la noche debería limitarse la cantidad.
En todo caso, no es nada recomendable usar el alcohol como somnífero cuando se presentan problemas para dormir. Lo recomendable es acudir a la Unidad de Sueño para consultar con un especialista y poder abordar el problema de manera adecuada.