Actualmente, existe una creciente evidencia que confirma que la contaminación acústica tiene efectos temporales y permanentes en la salud de las personas. Esto ha sido probado a través de la exploración de los sistemas endocrino y nervioso autónomo.
El ruido es un estresor biológico no especifico; produce respuestas que preparan al cuerpo para luchar o huir. Esta afectación repercute en el sistema cardiovascular y es un riesgo para la aparición de diversas patologías.
Hay que decir que estas enfermedades comienzan a aparecer tras una exposición prolongada al ruido, sobretodo de manera diaria por encima de 65 decibelios (dB). Es importante recalcarlo, porque parece que, como a todo, llegamos a acostumbrarnos al ruido.
Los primeros días que notamos o que percibimos el ruido nos parece molesto e irritante, pero pasado el tiempo nos vamos acostumbrando a ello y llegamos a no ser conscientes del riesgo que estamos asumiendo.
Ante esto, nuestro cuerpo va reaccionando y presenta incrementos en la tasa cardiaca y en la presión sanguínea.
El ruido es un estresor biológico no especifico; produce respuestas que preparan al cuerpo para luchar o huir
Exposición fantasma al ruido
En el post anterior, hablábamos de las alteraciones del sueño; pues bien, es importantísimo hacer hincapié en que los efectos cardiovasculares son independientes de las molestias del sueño. El ruido que no interfiere con el sueño provoca de manera autónoma dichos incrementos en la presión sanguínea y en la tasa cardiaca.
Una exposición temporal al ruido, en la que nos damos cuenta de su presencia y de la molestia que nos genera, genera cambios fisiológicos fácilmente reversibles. Al contrario, la exposición fantasma a la que nos acostumbramos provoca cambios que no son tan fácilmente reversibles. Esta exposición fantasma, tan presente en la sociedad actual, supone un riesgo para la salud pública, debido al gran número de personas que están expuestos a ella.
En relación con todo esto, existen varios estudios que nos parece interesante mencionar; explican como el ruido afecta realmente al cuerpo y su relación causal con las enfermedades cardiovasculares:
- El estudio NAROMI muestra que la exposición crónica al ruido está íntimamente relacionada con un incremento del riesgo de infarto de miocardio, tanto en mujeres como en hombres.
- El estudio HYENA es el primer estudio multicéntrico para evaluar los efectos de la exposición al ruido de aviones y tráfico rodado sobre la presión sanguínea y la tasa cardiaca. Se encontraron en este, relaciones significativas entre la exposición al ruido nocturno de aviones y al diario rodado de coches con el riesgo de hipertensión.
La hipertensión es un gran factor de riesgo para el infarto de miocardio y ataques al corazón
La hipertensión es un gran factor de riesgo para el infarto de miocardio y ataques al corazón.
- El estudio LARES confirmó que la molestia crónica por ruido de tráfico puede ser asociada por un incremento del riesgo para el sistema cardiovascular en adultos. También afecta a síntomas artríticos y al sistema neuro-psíquico. En cuanto a los niños, afirman que su desarrollo no está diseñado para soportar una alta exposición prolongada al ruido ambiental y los riesgos en estos son mayores que en adultos.
- Estudios sobre exposición al ruido de tráfico y efectos cardiovasculares revelaron un incremento del riesgo relativo de enfermedad isquémica del corazón siempre que el ruido del tráfico por el día excedía de 65 dB.
Es importante parar un segundo, y sentarnos a analizar el ruido que está presente en nuestro día a día, detectar si estamos adaptados a la contaminación ambiental fantasma, y ser conscientes del riesgo que eso implica para nuestra salud y la de las personas que están a nuestro alrededor.