«Mis vecinos hacen mucho ruido». Publicamos con este título, en conRderuido.com, portal profesional de IPDGrupo, el testimonio que nos envía un vecino desde Burgos.
Si quieres dar visibilidad a tus problemas con el ruido envíanos tu testimonio a info@conrderuido.com.
Me llamo Javier Hernandez y soy natural de Burgos.
Desde el 14 de marzo de 2020 me encerré en casa de mi Madre a consecuencia de la pandemia de COVID-19. Mi madre esta diagnosticada de esquizofrenia desde los 30 años mas o menos. Durante 20 años lleva viviendo en esta casa, que es de alquiler.
En estos últimos años mis vecinos del piso de arriba han tenido y tienen un comportamiento poco respetuoso, como si vivieran solos en el edificio. Desconocemos la razón y hemos llegado a pensar que su actitud se debía a que podían estar molestos porque mi madre ponía la televisión a un volumen alto, por su sordera, aunque usa un audífono.
Siempre que estoy en casa bajo el volumen. Pero remarco que estos vecinos, ya desde hace tiempo, hacían ruidos desde las 7 de la mañana: se oyen canicas caer y rodar sobre el suelo; o se oye la batidora a las 5 de la mañana.
De cualquier forma, mi hermana y yo no le dimos mucha importancia al principio, porque éramos jóvenes, sin problemas de sueño y porque no estábamos mucho en casa por el trabajo.
Fiestas con ruido insoportable por la noche
Pero las hijas de estos vecinos hacían fiestas los viernes. Cuando el ruido era insoportable, subía a pedir que bajaran el volumen. Mi petición les daba totalmente igual y continuaban con la música hasta altas horas de la noche.
A las molestias generadas por el ruido, se unen otras de convivencia, que también resultan preocupantes. No entraré a mucho detalle, pero cuando el vecino de arriba tiende la ropa y te tapa con ellas las ventanas, algo no funciona.
Creo que este cúmulo de problemas terminaron por afectar a mi padre, que después de enfermar murió. Ante su falta, decidí dedicarme al cuidado de mi madre.
«Abril de 2020, siguen los ruidos»
Hoy es 12 de abril de 2020 y llevo 24 horas en casa. Siguen los ruidos molestos.
En esta cuarentena por la COVID-19 he estallado. No duermo, me consume la falta de respeto hacia mi madre, me afecta emocionalmente y fisicamente, noto las tripas revueltas.
Mi estado de animo es muy cambiante y me dificulta atender a mi madre como se merece.
Los vecinos no presentan ni el más mínimo respeto a una mujer mayor de 84 años y eso hace que me sienta impotente.
En algunas ocasiones he tenido que llamar a la policía. Por ejemplo, cuando mi madre se quejaba de ruidos continuados por golpes con un martillo. Fuimos bien atendidos por la autoridad, quien nos aconsejo que denunciáramos la situación ante el Ayuntamiento, a la espera de una medición acústica.
«Mis vecinos hacen mucho ruido»
Pero los vecinos no cesan en atormentarnos a base de ruidos, que se alargan, en ocasiones, hasta las 3 de la madrugada.
En ocasiones, abro la ventana desquiciado y les pido que dejen de hacer ruido, que son las 2 de la mañana. Como única respuesta, obtuve pisotones fuertes por el pasillo. De nada sirvió que con el palo de la escoba tocara el techo, en plan de sorna redoblaron los pisotones, marcando los pasos como un elefante.
Pueden andar con tacones durante toda una larga hora, desde la seis de la mañana. Y mueven muebles hasta las doce. Un momento de respiro por la tarde y a la diez de la noche empiezan de nuevo y llegan al punto álgido a las 12’30 de la noche. A las tres de la mañana, nos despierta el ruido de un golpe de un objeto arrojado.
De nuevo denuncia ante el Ayuntamiento. Y vuelve la policía a medir. Algunas excusas que no sirven, como que el ruido es mayor porque se trata de pisos viejos y mal insonorizados. Me da la impresión de que los agentes tampoco tienen mucha preparación para abordar la contaminación acústica.
Sé que la mía es una causa perdida, pero escribo este testimonio no por mí si no por una persona de 84 años enferma, que no hace daño a nadie pero que sufre las molestias de unos vecinos muy ruidosos. Ella no se lo merece.
Alguna vez pienso si les hemos hecho algo a estos vecinos, porque no alcanzo a entender su comportamiento. Podría tomar la decisión de volver a mi casa, pero no es justo que mi madre deje de contar con mis cuidados por el comportamiento de estas personas.