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Los otros ruidos

El ruido, para quienes leen esta página, es un elemento que en exceso genera malestar. Si nos centramos en la comunicación humana, es aquello que impide que entendamos aquello que el otro nos quiere decir. Con el siguiente artículo, quisiera reflexionar sobre otro tipo de ruidos, unos que también se cuelan en la comunicación.

El ruido, para quienes leen esta página, es un elemento que en exceso genera malestar. Si nos centramos en la comunicación humana, es aquello que impide que entendamos aquello que el otro nos quiere decir.

Tanto las interferencias que se cuelan cuando escuchamos la radio, la forma como se acoplan los aparatos de sonido cuando se habla por teléfono, las conversaciones paralelas que escuchamos en nuestra línea telefónica, son algunos de esos ruidos que impiden que podamos escuchar lo que el otro nos quiere decir.

Sin contar, claro está, el bocinazo, los gritos de nuestro vecindario o la música con volumen mayor al recomendado.

Los otros ruidos

Con el siguiente artículo, quisiera reflexionar sobre otro tipo de ruidos, unos que también se cuelan en la comunicación. Unos que afloran aún en silencio y gritan desde allí generando también interferencia, impidiendo que escuchemos realmente aquello que el otro nos quiere decir.

Ismael Serrano, canta “Si se callase el ruido oirías la lluvia caer limpiando la ciudad de espectros”. En tanto que Edith Piaf nos habla en su Padam Padam, de otro tipo de ruido, uno que se cuela de forma imprevista, persiguiéndola. ¿Ruido en silencio? ¿Ruido a callar para ver? Si hablamos de escuchar.

Existen otro tipo de ruidos, unos que distorsionan tanto lo que escuchamos, lo que vemos y percibimos, que influyen en la forma como sentimos

Pensamientos, ideas…

Existen otro tipo de ruidos, unos que distorsionan tanto lo que escuchamos, lo que vemos y percibimos, que influyen en la forma como sentimos.

Me refiero a esos pensamientos que cruzan nuestra mente de manera automática cuando tenemos contacto con un estímulo.

A esas ideas que cruzan por la mente mientras decodificamos ese estímulo convirtiéndolo, finalmente, en un sentimiento.

Los mismos que intervienen tanto cuando emitimos el mensaje como en el momento en que lo recibimos. ¿Te has parado a pensar cuantos ruidos intervienen día a día mientras te comunicas?

Foto: D.P.N.B.

Tristeza, sorpresa, indignación

Voy a hacer referencia a un hecho doloroso que recientemente ha pasado en Madrid. Me refiero al fallecimiento de Mame Mbaye, el vendedor ambulante, que murió en el barrio de Lavapiés.

Al escuchar inicialmente la noticia me generó tristeza, según han ido pasando los días mi tristeza se transformó en sorpresa y finalmente en indignación.

…ese gesto tenso del que tensa de una manta llena de falsificaciones de bolsos de diseñadores, listo para correr

Me dio tristeza el pensar en aquel hombre que está atento a vender al mismo tiempo que alerta de la policía, ese gesto tenso del que tensa de una manta llena de falsificaciones de bolsos de diseñadores, listo para correr.

Y recordar la imagen de varias personas de origen africano sentadas una al lado de la otra en un piso de escasos metros cuadrados, en un inmueble que apenas se ponía en pie, una al lado de la otra, con moscas volando a su alrededor.

Me generó sorpresa saber qué los hechos no habían sido tal como se narraron inicialmente. Sentí indignación, cuando me enteré que el socorrer a alguien se había malinterpretado y había generado disturbios.



Allport (1964) centraba su atención en el prejuicio racial a los judíos y a las personas negras

Psicología social

Allport (1964) centraba su atención en el prejuicio racial a los judíos y a las personas negras. Indicaba una pluralidad de factores que conducían al desarrollo de este proceso cognitivo, entendido así desde la psicología social.

Esas cogniciones que median en este proceso, desde fuera puedo ver que son aquellas que llevaron a la escalada de un conflicto, sobre algo que en realidad no había sucedido.

Los hechos, según nos hemos ido enterando en el paso de los días, han permitido apreciar como la caída de un hombre al suelo por un ataque de epilepsia, que fue socorrido por la policía local y posteriormente por el servicio de emergencia, termino en una reyerta callejera debida a la circulación de un rumor que exacerbó los ánimos de un grupo, vulnerable, debido a las condiciones materiales en que vive y con escaso acceso a los servicios sociales.

Un grupo que al verse expuesto a un rumor, vio exacerbado ese prejuicio referido a la figura policial, sin ser las cosas necesariamente tal como ellos pensaban. Si exacerbas los ánimoa a un grupo en el que el sentimiento de injusticia está arraigado, en el que la emoción ciega impidiendo ver qué fue lo que realmente pasó, es algo que invita a la reflexión.

Dudas razonables

Allport hablaba de un prejuicio hacia las minorías. En este caso hablamos de un prejuicio de un grupo minoritario frente a un cuerpo del orden. ¿Conocemos el imaginario de este grupo social?

En alguna noticia leí que Mame Mbaye contaba con estudios superiores. Mi pregunta, en este sentido es hasta qué punto es responsabilidad del sistema que estos hechos hayan ocurrido. Sin pecar de inocente, pero los hechos hacen que surjan dudas razonables:

  • ¿hasta qué punto están informados sobre las posibilidades del sistema toda la población inmigrante?
  • ¿Cuánto influye el boca a boca en la conformación de su imaginario social?
  • ¿Cómo influye en su percepción del entorno?
  • ¿Qué impide qué este grupo social tomar contacto con otras fuentes de información?
  • ¿Qué hace que una persona pregunte sobre los trámites necesarios para obtener una carta de invitación para venir a España en un grupo de Facebook y qué impide que lo haga directamente en la página web de su consulado?
  • ¿Qué prejuicios median?
  • ¿Qué impide que accedan a la fuente y que busquen acceso por la puerta lateral, en vez de tocar la puerta principal?
  • ¿Son plenamente conscientes de sus derechos?

Foto: D.P.N.B.

Desequilibrios del sistema

Este artículo es simplemente una reflexión sobre la forma como muchas veces sin querer nos vemos llevados por juicios, arrastrados por ellos, y sin quererlo nos vemos inmersos en situaciones más cercanas a aquello que temíamos y queríamos evitar.

El sistema tiene desequilibrios, pero cómo decía Simone Veil, “decir que todo el mundo es culpable es lo mismo que decir que nadie lo es«

Quizá el ejemplo que he puesto es extremo, pero lamentablemente es real. Los hechos indican una situación distinta. Los rumores que exacerban prejuicio y la creencia de que vivimos en un mundo totalmente injusto, es lo que han conseguido.

Resulta difícil acceder a esa mirada sin juicio, cuando la emoción nos desborda, resultando pernicioso un discurso que solo exalte el odio.

El sistema tiene desequilibrios, pero cómo decía Simone Veil, “decir que todo el mundo es culpable es lo mismo que decir que nadie lo es. La mala conciencia del resto permite que cada uno se sienta mejor de su propia buena conciencia: no soy yo quien es responsable, porque todo el mundo lo es”.

Centrándonos en hechos, en cuestiones qué realmente existen, más allá de exacerbar discursos que cierren puertas, orientémonos a abrir ventanas, partiendo de hechos y preguntándonos y preguntando, ¿detrás de eso qué piensas cuánto hay de realidad?

Lejos de plantear las dificultades que tiene el sistema, ¿alguna vez has comentado las oportunidades que a día de hoy cuenta a pesar de todas sus limitaciones?

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