En sus manos

Deporte SÍ, pero ruido NO

Actualmente, es mucho más habitual que en las instalaciones deportivas exista un buen nivel de iluminación, temperatura y calidad de los materiales. Sin embargo, existe un asunto eternamente olvidado, el relativo a las condiciones acústicas adecuadas, o lo que es lo mismo, al nivel de ruido que se genera en dichas instalaciones.

El deporte es bueno si, pero el ruido de las instalaciones deportivas no.

Hace unos días, los medios de comunicación se hacían eco de los problemas de ruido que están generando, y generan desde hace años a los vecinos, las instalaciones deportivas, tanto escolares como independientes.

Concretamente, en Málaga, saltaba la noticia de que el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía habían decidido reunirse para poner fin a la polémica suscitada por este tema.

Actualmente, es mucho más habitual que en las instalaciones deportivas exista un buen nivel de iluminación, temperatura y calidad de los materiales. Sin embargo, existe un asunto eternamente olvidado, el relativo a las condiciones acústicas adecuadas, o lo que es lo mismo, al nivel de ruido que se genera en dichas instalaciones.

Los deportes que se realizan en espacios cerrados generan altos niveles de ruido que ocasionan molestias, tanto a los vecinos, como a los propios usuarios

El deporte puede generar ruidos molestos

Los deportes que se realizan en espacios cerrados generan altos niveles de ruido que ocasionan molestias, tanto a los vecinos, como a los propios usuarios.

Sería interesante tener esto presente a la hora de establecer los horarios de las actividades que se llevan a cabo en dichos polideportivos e incluso a la hora de construir algunos nuevos.

Estos niveles de ruido generan en las personas que se encuentran dentro de las instalaciones, un aumento de la presión cardíaca, llegando incluso a presentar estrés.

Por este motivo, cuando salen de dichas instalaciones tienen sentimientos de desazón y debilidad, pues el contraste entre una elevada intensidad acústica y un ruido normalizado, provoca un choque de síntomas fisiológicos que se refleja en las emociones que experimentan.

Podemos preguntarnos, ¿hasta qué hora se permiten las actividades extraescolares y el uso de las instalaciones deportivas, con viviendas alrededor?

Guerra a los decibelios

Los vecinos de estas instalaciones deportivas, ya sean escolares, públicas o privadas, han tomado medidas contra los decibelios que generan ciertos deportes, incluidos su público y animadores. Existen asociaciones de vecinos que luchan diariamente, mediante reclamaciones continuas y escritos, denunciando los altos niveles de ruido que soportan y las molestias que les generan dichas actividades.

Los vecinos refieren que los ruidos que escuchan son parecidos a un centrifugado continuo, de día y de noche, y se sienten impotentes ante la pasividad de las instituciones

En algunos municipios e instalaciones deportivas, como La Fundición, existen máquinas que generan molestias las 24 horas del día, puesto que no paran de funcionar.

Dichas actividades han sido clasificadas de “ilegales”.  Los vecinos refieren que los ruidos que escuchan son parecidos a un centrifugado continuo, a lo largo del día y de la noche, y se sienten impotentes ante la pasividad de las instituciones, pues nadie pone remedio.

Esta situación, no es exclusiva de Málaga y Madrid.  En Valencia, existe una sentencia judicial que obliga al Ayuntamiento de Barx a indemnizar a los denunciantes (3.000 euros a cada uno) por el ruido que generaban, incluyendo cenas hasta altas horas de la madrugada.

Derechos fundamentales, integridad física y moral e intimidad

La jueza encargada de dicho recurso contencioso, aceptó el argumento de los vecinos, que defendían que el ruido vulnera los derechos fundamentales, la integridad física y moral, y la intimidad. Son vulnerados estos derechos debido a que el ruido provoca infinidad de problemáticas que, en un principio, nadie suele asociar a los efectos en las personas.

Dicha situación, no es nueva en Valencia. La primera queja formal, tuvo lugar en el año 2012, ante el Ayuntamiento. Tras esta, se produjeron hasta once más, entre 2013 y 2015. Estas quejas provocaron que el Ayuntamiento, en julio de 2013 obligara a los dueños de las instalaciones a que realizaran y presentaran una auditoría acústica, en el plazo de 15 días. Sin embargo, ésta no fue presentada hasta enero de 2014.

En Vitoria, no se quedan atrás. En el polideportivo de Ariznabarra, una avería en el sistema de ventilación generó molestias en los vecinos, además de un ruido insoportable y la imposibilidad de descansar. El Ayuntamiento de Vitoria tomo medidas y envió comunicado a los afectados.

Todas estas situaciones dejan patente una problemática que encontramos en nuestra vida cotidiana y que puede llegar a generar graves consecuencias psicológicas como es la depresión, por la cual toda vivencia positiva en la vida se va mermando hasta no creer que exista una solución al problema, como el del ruido.

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