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La Administración frente al ruido, primeros pasos
A pesar de que en los artículos de Juristas contra el Ruido para conRderuido.com suele aparecer la incapacidad y falta de voluntad de la Administración Local en responder a las quejas generadas por ruidos, no siempre se caracteriza por su inactividad. En ocasiones toma medidas para compatibilizar el ruido con el descanso nocturno, pues les resulta muy difícil reducirlo hasta el silencio total. Y a veces es incluso necesario como explican en este artículo dos generaciones de abogados comprometidos con la defensa de los derechos de los ciudadanos frente a la contaminación acústica.
A pesar de que en los artículos de Juristas contra el Ruido para conRderuido.com suele aparecer la incapacidad y falta de voluntad de la Administración Local en responder a las quejas generadas por ruidos, no siempre se caracteriza por su inactividad.
En ocasiones toma medidas para compatibilizar el ruido con el descanso nocturno, pues les resulta muy difícil reducirlo hasta el silencio total.
Y a veces es incluso necesario como vamos a explicar en este artículo dos generaciones de abogados comprometidos con la defensa de los derechos de los ciudadanos frente a la contaminación acústica.
Algunas iniciativas administrativas son por ejemplo:
- El comúnmente denominado semáforo inteligente, el Urbaelectric
- La instalación de pantallas acústicas en calles transitadas
- La reducción del horario de apertura de las terrazas respecto del bar del que depende
- La limitación de las sirenas de las ambulancias
Todas estas iniciativas no pueden reducir hasta eliminar el ruido (en ocasiones es imprescindible que el ruido exista como es el caso de la sirena de las ambulancias), pero sí se puede reducir, y esto es lo que algunos municipios ante el gran número de denuncias han logrado.
Semáforos para personas con discapacidad visual
«Las quejas por el ruido son casi diarias», aseguran fuentes municipales de varias ciudades españolas respecto del ruido generado por los semáforos adaptados a invidentes.
Ahora, y tras años probando diferentes fórmulas para intentar mitigar este problema sin reducir la seguridad de las personas con discapacidad visual, el gobierno local parece haber encontrado en las nuevas tecnologías un aliado perfecto.
Valladolid, Córdoba o Barcelona son algunas de las ciudades españolas donde los ayuntamientos, en colaboración con la ONCE, han incorporado el sistema avanzado de información acústica ‘PasBlue’ a los semáforos.
Esto supone avanzar en «accesibilidad universal» y una nueva «herramienta» para la autonomía y el desplazamiento seguro de las personas invidentes o con deficiencia visual grave.
El nuevo sistema orienta con sonido al peatón hacia el semáforo y una vez ubicado frente a él emite otros sonidos según pueda o no cruzar
En un principio se instalaron dispositivos acústicos básicos que funcionaban prácticamente las 24 horas del día, lo que generó algunas quejas por parte de vecinos que vivían cerca de estos semáforos.
Además utilizaba un sistema de canto de pájaros que funcionaba continuamente y cuyo mantenimiento era costoso.
El nuevo sistema, gracias a su sonido, orienta al usuario hacia el semáforo, que así lo localiza y una vez ubicado frente a él emite otros sonidos según el peatón pueda o no cruzar. Solo funciona cuando el invidente lo necesita mediante un mando a distancia o conexión bluetooth cuya incorporación al semáforo es muy sencilla.
Esta tecnología permite reducir la contaminación acústica y las consiguientes molestias para el resto de peatones o vecinos, a la vez que garantiza la seguridad de los invidentes.
Además, el equipo incluye un dispositivo de regulación automática de volumen que permite emitir las señales acústicas en función del nivel de ruido del entorno, asegurando que la señal sea percibida por el usuario y evitando al mismo tiempo volúmenes excesivamente altos que molesten al vecindario, sobre todo en horarios nocturnos.
Recogida de basura
La recogida de residuos urbanos es uno de los servicios municipales, junto con la limpieza viaria, que más quejas y molestias por ruido genera.
Desde hace unos años, la recogida de residuos se realiza de forma selectiva, dependiendo de la fracción de que se trate (envases, materia orgánica, papel-cartón, vidrio y resto), lo que conlleva el uso de diferentes métodos y procesos que implican una mayor frecuencia de vehículos y operaciones por toda la ciudad.
Al proceder de esta forma, se origina un aumento de ruido y un incremento de las molestias a los ciudadanos.
El camión de recogida de vidrio es el que más molestias genera, debido al ruido de impacto en el proceso de vaciado del contenedor
Los diferentes tipos de vehículo recolector utilizados en el proceso de recogida pueden emitir un nivel de ruido muy variable, dependiente en muchos casos del estado de mantenimiento y de la antigüedad de la maquinaria.
Sin embargo, el camión de recogida de vidrio es sin lugar a dudas el que más molestias genera, debido al ruido de impacto en el proceso de vaciado del contenedor.
Otra fuente de ruido de estos vehículos, son las alarmas de aviso de marcha atrás y del sistema de elevación, que pueden superar los 85 dBA. Por tratarse de un dispositivo de seguridad, no se puede eliminar, pero puede mejorarse, siempre de acuerdo a la normativa correspondiente.
El nivel de inmisión sonora generado por la recogida de los iglús es 84,4 dBA, frente a los 81,8 dBA de la recogida de los contenedores pequeños. Este incremento en torno a 3 dBA se debe sobre todo, al mayor impacto acústico que se produce al vaciar el contenedor iglú.
No debemos olvidar que, normalmente, el límite acústico legal en periodo nocturno suele ser entre 40 y 45 decibelios, siendo el doble de potencia la suma de 3 decibelios al límite legal. Por tanto, 85 db significaría 15 veces el doble de lo permitido.
El límite acústico legal en periodo nocturno es de 40/45 dB y la suma de 3 dB supone el doble de potencia. 85 db significaría 15 veces el doble de lo permitido.
Algunas iniciativas administrativas para la reducción del ruido generado por los camiones de recogida de basura son el Urbaelectric en Barcelona.
Se trata de un camión de basura 100% eléctrico desarrollado por la empresa española Urbaser, que se ha convertido en el primero dentro del sector de la recogida selectiva y automática en prescindir del motor de combustión.
Otras iniciativas son, por ejemplo, la prohibición de realización de operaciones de carga y descarga en horario nocturno salvo que dispongan de la oportuna autorización y no ocasionen molestias a los vecinos, recogida en la ordenanza municipal de protección contra la contaminación acústica de la Comunidad Valenciana.
Por último, señalar la recogida neumática en algunos cascos viejos españoles, en la que sólo deja acceder a la zona a los camiones de recogida de los contenedores verde, amarillo y azul. Sin embargo, la recogida de vidrio de las viviendas, por el ruido que genera el vaciado del camión, sigue siendo una reclamación del vecindario y la asignatura pendiente a mejorar en esta zona.
Hay que señalar que la recogida puerta a puerta del Casco Viejo, es decir, el cartón de los comercios y el vidrio de hostelería, se realiza dos veces al día, en horario diurno, lo que permite el descanso en periodo nocturno.
Pantallas acústicas
El ruido es, sin lugar a dudas, uno de los mayores problemas generados por el tráfico rodado.
El hecho de que los ciudadanos y las administraciones hayan tomado conciencia de que la contaminación acústica debida al tráfico es uno de los factores que causan un gran deterioro en la calidad de vida de las personas, hace que la instalación de barreras acústicas a lo largo de las vías de penetración y circunvalación de las grandes ciudades haya tenido un incremento en los últimos años.
El ruido es uno de los mayores problemas generados por el tráfico rodado
Esto es debido principalmente a que las pantallas antirruido constituyen, en la mayoría de los casos, la solución óptima para la reducción del ruido que percibe la población afectada.
La eficacia frente a la transmisión del ruido viene dada por la capacidad de aislamiento de la pantalla que, además de sus dimensiones, depende del material de construcción, así como de su emplazamiento respecto a la situación de la fuente emisora y de la zona de recepción a proteger.
Sin embargo, estas pantallas acústicas solo son eficaces en calles donde se superen los 50 km/h y por ello dentro de las ciudades es difícil su instalación.
Las pantallas acústicas solo son eficaces en calles donde se superen los 50 km/h y, por ello, dentro de las ciudades es difícil su instalación
La tecnología se encuentra en un punto muerto en lo referente al análisis del borde superior de la pantalla, que es el principal causante de la difracción.
El ruido, como los humos, tiene un recorrido ascendiente y, por ello, las pantallas acústicas españolas tan solo son capaces de reducir el ruido en 10-15 db.
No, en cambio, en otras ciudades como Melbourne (Australia), donde han solucionado este problema substituyendo la forma de pared de las pantallas por una especie de túnel que impide que el ruido se escape por la parte superior.
Se ha intentado por los ayuntamientos su instalación para dar cumplimiento a los objetivos de calidad acústica y los valores de atención recogidos en las leyes. Sin embargo, los costes, que rondan los 200 euros por metro cuadrado y su no obligatoriedad por parte del gobierno central, ocasionan que solo aquellos ayuntamientos que facultativamente lo deseen o aquellos que se vean forzados por la presión ciudadana, las instalen.
Así, por ejemplo, se ha construido una pantalla anti-ruido por el Ayuntamiento de Valencia para reducir el ruido de los ladridos de una protectora de animales.
Varios Ayuntamientos las han instalado en calles muy transitadas de Barcelona, como Ronda de Dalt.
Y la línea ferroviaria de alta velocidad entre Cartagena y Murcia, donde enlazará con Madrid y el Corredor Mediterráneo, incluirá una inversión de 1,8 millones de euros para instalar, a lo largo de casi 3,4 kilómetros, pantallas acústicas. Con ello, se amortiguará el ruido que soportarían 226 viviendas.
Pantallas vegetales y diques de tierra
No solo existen pantallas acústicas como “barreras antirruido”, también se han creado pantallas vegetales y diques de tierra.
En las pantallas vegetales, el ruido producido por el tráfico puede reducirse gracias a la absorción y a la difusión del sonido por la vegetación.
No obstante, la vegetación debe ser muy alta para conseguir una aceptable reducción física del ruido. Es decir, su efectividad es escasa, aunque ejercen un efecto psicológico positivo al proteger a los habitantes de la visión permanente del tráfico.
En Austria, con vegetación natural se han obtenido reducciones de ruido de hasta 3 dB con espesores entre 50 y 100 m. Con espesores inferiores el efecto producido es únicamente psicológico.
La efectividad de las pantallas vegetales es escasa, aunque ejercen un efecto psicológico positivo al proteger a los habitantes de la visión permanente del tráfico
En cuanto a los diques de tierra, son obstáculos constituidos por amontonamiento de tierra con grandes espesores en la base. Se suelen recubrir con tierra vegetal y otros elementos que facilitan la revegetación.
El coste material de la ejecución es relativamente bajo, siempre y cuando existan materiales disponibles in situ. Varios países europeos hacen uso de esta técnica, como Alemania.
El único problema de estos diques es que si no se construyen adecuadamente, pueden favorecer la inundación de las carreteras en estaciones pluviales.
Además de la instalación de pantallas acústicas, algunos municipios como Madrid han creado iniciativas para peatonalizar el centro de la ciudad durante épocas de mucho tránsito como las Navidades, o incluso establecer permisos de circulación para vehículos con matrículas acabadas en número par durante días determinados.
Reducción del ruido ‘a la carta’
2017 se ha caracterizado por las innovaciones técnicas. Se ha creado una nueva pantalla acústica diseñada por investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) y la empresa Becsa que permite reducir el ruido del tráfico ‘a la carta’ al poder variar su diseño en función del ruido que se desee evitar.
Destaca la incorporación como aislante acústico de materiales reciclados a partir de plásticos PET de botellas
Entre las principales novedades de la pantalla, destaca la incorporación como aislante acústico de materiales reciclados a partir de plásticos PET de botellas –suministrados por la empresa Pielsa– hasta ahora nunca utilizados en este tipo de dispositivos.
A diferencia de las pantallas convencionales, destaca también por su estética, lo que permite integrarla en el entorno urbano sin que haya un impacto visual negativo.
Se trata de una estructura idónea para atenuar el ruido originado por trenes de alta velocidad a su paso por núcleos urbanos o del tráfico, sobre todo en las entradas de las ciudades y en enclaves urbanos de especial interés en los que se quiera conjugar aislamiento acústico y mínimo impacto estético.
Límite horario para las terrazas de los bares
Los informes de varias instituciones, como el Defensor del Pueblo andaluz o el Síndic de Greuges en Cataluña muestran como ha habido un incremento de quejas debido a las molestias ocasionadas por los clientes de establecimientos públicos y actividades recreativas que salen a la vía pública desde la prohibición de fumar en espacios cerrados de uso público.
Las quejas provienen por el ruido de los clientes, pero también por los ruidos ocasionados por los trabajadores del local a la hora de recoger las terrazas (arrastre y encadenamientos de sillas y mesas).
Este incremento ha tenido causa en la aprobación de la Ley 42/2010 de 30 de diciembre por la que se modifica la Ley 28/2005 de 26 de diciembre de medidas sanitarias ante el tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco.
Esta prohibición ha comportado que muchos locales hayan instalado terrazas que permiten a los fumadores no tener que salir del local cada vez que quieren fumar.
Los ayuntamientos han sido generosos en la concesión de autorizaciones para la ocupación de la vía pública
En muchos casos, incluso se han colocado estufas para que los fumadores puedan hacer uso de las terrazas en invierno. Estas terrazas se han convertido en un complemento importante de la actividad principal de restauración.
Los ayuntamientos han sido generosos en la concesión de autorizaciones para la ocupación de la vía pública.
Con carácter general los horarios de apertura y cierre de los locales se rigen por la orden INT/358/2011, de 19 de diciembre, por la cual se regulan los horarios de los establecimientos abiertos al público, de los espectáculos públicos y de las actividades recreativas sometidas a la Ley 11/2009 y su reglamento.
Sin embargo, a nuestro entender no se puede aplicar el horario de cierre de los establecimientos a las terrazas. Sería conveniente la regulación de los horarios de las terrazas, por lo que los municipios se han de dotar de ordenanzas ad hoc o bien incorporar previsiones de los horarios de apertura y cierre de las mismas en las ordenanzas de convivencia y civismo o de regulación de los establecimientos públicos.
Estos horarios de las terrazas en ningún caso deben equipararse a los horarios de los establecimientos principales.
En 2013 El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ya limitó el horario de las terrazas de determinados establecimientos de hostelería, pero de manera provisional, sobre todo en zonas donde se han incrementado las denuncias vecinales por ruidos. Ahora faltaría que esta medida, ya conocida por todos los ayuntamientos, fuera implantada de forma permanente para respetar el descanso nocturno.
También cabe la posibilidad de la instalación de toldos y cubiertas de plástico en las terrazas, que se usan como protector del frío y que también sirven de pantalla acústica.
En Barcelona, en la Diagonal, ya se propuso la instalación de toldos en todas y cada una de las terrazas. Los clientes de los restaurantes quedaban “refugiados” del ruido procedente de la calle, por lo que no se veían obligados a alzar el tono de voz para poder escucharse entre ellos, lo que reducía a la vez la contaminación acústica que recibían los vecinos de los edificios colindantes al bar. No obstante, esta iniciativa no acabó implantándose debido a que se trataba de una medida “antiestética”.
Ambulancias
Otro problema es el ruido generado por ambulancias. Sin embargo, se trata de un ruido necesario debido a que avisa a los vehículos y peatones del acercamiento de una vehículo que requiere de paso libre para poder llegar hasta una persona enferma o un hospital. Se trata de una necesidad, pero también está generando muchas quejas ya que el ruido puede producirse a cualquier hora del día.
En León, el celo por limpiar la ciudad de ruidos molestos llega al extremo de regular hasta la circulación de vehículos policiales, de bomberos y hasta ambulancias, que son los únicos autorizados para usar aparatos acústicos y señales luminosas especiales en supuestos de emergencia.
En Madrid está prohibido el uso de sirenas en las ambulancias en periodo nocturno, que sólo podrán recurrir a avisos luminosos
Pero hasta ellos tienen también limitado su uso durante la noche, apagando las sirenas y dejando sólo las luces.
Los conductores de esta clase de vehículos no pueden utilizar los aparatos acústicos desde las 23.00 a las 8.00 horas, debiendo sustituirlos durante dicho periodo de tiempo por aparatos de advertencia luminosos.
En Madrid por ejemplo, está prohibido el uso de sirenas en las ambulancias tradicionales en periodo nocturno, que sólo podrán recurrir a avisos luminosos. Sin embargo, esta prohibición no se aplica en los de casos de emergencia.
Además, se exige la instalación de un mecanismo de registro y control de uso en las sirenas de las ambulancias, que permite controlar el número de veces y a la hora en que se han utilizado.
Los siguientes pasos del largo camino por recorrer
A pesar de que estas iniciativas significan un paso hacia adelante en la prevención y reducción del ruido, quedan muchas cosas por hacer.
El ruido generado por el tráfico es como ya hemos dicho anteriormente una de las fuentes emisoras más importantes en nuestro país.
Además se añade el problema de que no puede imputarse la responsabilidad a un vehículo único, sino que es la unión de varios, lo que acaba exonerando de responsabilidad al particular e imputando la responsabilidad a la Administración por no haber realizado planes de acción para reducir tal ruido.
Sin embargo, los planes de acción se consideran cumplidos cuando no se superan los índices legales máximos en cómputo anual, lo que acaba dejando a la mínima expresión los excesos producidos a lo largo del día.
El ruido por tráfico rodado demuestra una curva en el tiempo, creciendo en periodos de tarde y decreciendo en periodo nocturno, mostrando en media anual el cumplimiento de los límites legales.
Si bien es cierto que se practican campañas de concienciación por la policía, multando a los vehículos, motos y ciclomotores que producen más ruido de lo permitido, se trata de eso, campañas, que se activan excepcionalmente. Por ello, cabría normalizar las multas por excesos de ruido a los vehículos.
Además, un problema añadido es que las calles donde la velocidad media no supera los 50 km/h, como lo son la mayoría de calles urbanas, no puede procederse a la instalación de pantallas acústicas, pues sería ineficaz y sería un derroche de dinero improductivo.
Parece que los municipios prioricen el cobro de tasas municipales e impuestos al descanso nocturno. Existen soluciones al ruido, pero no se aplican. ¿Por qué?
Ciudades europeas como Copenhague han creado carriles bici que circulan sobre unos puentes exclusivos para su uso. Así, se evitan los posibles atropellos a transeúntes o accidentes con coches.
La seguridad de dichos carriles bici posibilita que no solo los más aventureros hagan uso de la bicicleta como sistema de transporte, sino también padres que llevan a sus hijos al colegio en una sillita o empleados que acuden en traje a su puesto de trabajo.
La seguridad y normalización de las bicis, con aparcamientos especiales, posibilita la normalización de este sistema de transporte.
Es sorprendente que existan las medidas de reducción del ruido, como la limitación del horario de apertura de las terrazas, pero que dichas medidas no sean casi aplicadas por las Administraciones, tratándose de una excepción que algún municipio lo recoja en su ordenanza. Parece que los municipios prioricen el cobro de tasas municipales e impuestos al descanso nocturno.
Existen soluciones, pero no se aplican. ¿Por qué?