R de Ruido

El encuentro con mi Ikigai

Espacio de paciencia, de colaboración, de humildad en el que aspiro a ser un eslabón más en la cadena.

El encuentro con mi Ikigai… El espacio de nuestra propia voz, el espacio de nuestras necesidades… ¿cómo acceder?

Recuerdo que cuando tenía diez años mis padres me regalaron un libro que se llamaba ‘¿Leer y qué?’. Por aquel entonces, devoraba de manera desconmensurada novelas policíacas, constituyendo un reto auténtico poder identificar desde las primeras páginas cuál iba a ser el desenlace.

La lectura ha sido, por momentos, la amiga inseparable

Del libro puedo decir poco, pero de su título mucho, ya que es algo que me ha acompañado desde entonces.

La lectura, en ocasiones, ha sido por momentos la amiga inseparable. En ocasiones me he distanciado de ella y, de forma reciente, es una relación de aprendizaje de reflexión que me permite ordenar, articular y expresar con mi propia voz aquellas cosas que aún de manera inconsciente pululan en mi interior.

Comparto contigo estas reflexiones en conRderuido.com.

El encuentro con mi Ikigai

Hace unos tres años atrás, al poco tiempo de leer mi tesis doctoral, hablando con mi director me sugirió otra lectura que del mismo modo que la pregunta aún me resuena, ‘Ikigai’, el libro de Hector Garcia y Francesc Miralles. Una lectura a la que, curiosamente, hacía alusión recientemente la escuela de Coaching en la cual me formé, preguntándome ¿Cuál era mi Ikagai?

El encuentro con mi Ikigai ha sido largo y considero que aun sigo en camino

El encuentro con mi Ikigai ha sido largo y considero que aun sigo en camino. Tiene que ver con la respuesta a esa pregunta inicial, ¿Leer y qué?. Y al mismo tiempo con unas ganas enormes por comprender y entender aquello que sucede a mi alrededor, articulando lo que veo con lo leído y la posibilidad de vivir en este mundo. Algunas veces escribiendo, otras veces preguntando. En suma, a mi modo de ver poniendo cuerpo y dando vida a aquello que me genera una inmensa curiosidad.

Un trabajo al que, como todos en este momento, pongo un coto cuando hay cansancio, pero al que rápidamente conecto nuevamente y, así, una vez más.

«Recuerdo que cuando tenía diez años mis padres me regalaron un libro que se llamaba ‘¿Leer y qué?» – Fotos: DPNB.

Paciencia, colaboración, humildad

Es un espacio de paciencia, es un espacio de colaboración, es un espacio de humildad en el cual mínimamente aspiro a ser un eslabón más en la cadena.

Constituye un espacio que me permite estar en mejor sintonía conmigo y con los otros. Un espacio, que por momentos he compartido y comparto, con otras tareas menores, pero no por ello menos importantes, que me han permitido redimensionar aquello que me decían las palabras leídas.

Es el encuentro entre la misión, la pasión, la profesión y la pasión

Puede resultar simple, pero no lo es. Econtrar tu Ikigai supone un esfuerzo grande para algunas personas, puesto que significa conectar con sus necesidades más íntimas y darles el permiso de salida.

Es un reto ecológico, dado que no se trata de dar salida únicamente a tus necesidades sino que estas puedan estar en concordancia con aquello que sucede a tu alrededor. Es el encuentro entre la misión, la pasión, la profesión y la pasión. Es un equilibrio entre el nosotros/as y los otros/as.

‘Trabajar en lo tuyo’ o ‘vivir tus sueños’

Esta razón va más allá de esa frase que en ocasiones escucho que hace referencia a: “trabajar en lo tuyo” o “vivir tus sueños”.

Detrás de esas frases he encontrado, en ocasiones, simplemente el poder vivir de una carrera profesional que no satisface y sentir que es lo tuyo porque es un empleo profesional.

Conectar con lo que necesitamos, con aquello que somos buenos, con aquello que podemos dar y aquello que nos permita vivir…

O, tras la otra, el deseo de querer hacer viable ideas con no mucha trayectoria, como un grito de salida a una situación que no satisface, sin conectar a fondo con aquello que a nivel interno realmente clama por salir.

Conectar con lo que necesitamos, con aquello que somos buenos, con aquello que podemos dar y aquello que nos permita vivir, es bastante más extenso que esto.

Implica también un ejercicio de realidad, un poder mirar a futuro al mismo tiempo que a cada paso que damos, aceptando la imperfección de cada día teniendo en cuenta las posibles eventualidades.

Hacerlo, no tiene que ver con ser pesimista, sino más bien realista y estar plenamente conectado con aquello que sucede a nuestro alrededor.

Conectar con tu Ikigai te hará transitar por estos momentos actuales de una manera más amable – Fotos: DPNB.

Una fuente de aprendizaje

Si lo consigues, verás que podrá haber dificultades, momentos difíciles, pero más allá habrá un momento en que todo cambiará. Y que todo aquello que vives ahora, más que un incordio, es una profunda fuente de aprendizaje, tanto de ti, como de los demás.

…conectar con esa voz que aún clama dentro, la de tus necesidades más profundas que buscan salir

Verás que detrás de cada cosa planeada que no se ha dado, simplemente puede tratarse de una pausa, no un nunca lo voy a conseguir.

Conectar con tu Ikigai, reflexionar sobre la ecología de cada uno de los pasos que te permiten acceder a él, te hará quizá transitar por estos momentos actuales de una manera más amable.

Reconectar con otros ritmos y conectar con lo esencial, y quizá, si das espacio al silencio y al vacío a conectar con esa voz que para algunos aún clama dentro y que no es otra que la de tus necesidades más profundas que buscan salir.

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