El ruido del dinero que no sale del bolsillo – Por Carmen G. Campos – La ventaja del caracol
- Me refiero a aquellos que tienen dinero y deciden que su felicidad pasa por acumular más y más perdiendo la perspectiva del sentido de tener y ganar.
- Esto no es un canto al consumismo o al despilfarro, es una llamada al saber gastar para ser feliz.
- Así es la vida y nosotros proponemos
No sé si existe un ruido más ensordecedor que el de dinero. Nos persigue de manera continuada, en un volumen alto, sin descanso.
Pero no quiero hablar de la necesidad del dinero, ni de la crisis ni del debate sobre si está superada o no. De lo que yo quiero hablar es del ruido que genera la gente que hace del dinero una forma de vida, concretamente de una forma de vida cutre.
Me quiero referir a aquellos que tienen dinero y deciden que su felicidad pasa por acumular más y más
Saber gastar para ser feliz
No me estoy refiriendo de los que pasan por problemas económicos y tienen que reducir gastos de todos los sitios imaginables.
Me quiero referir a aquellos que tienen dinero y deciden que su felicidad pasa por acumular más y más perdiendo la perspectiva del sentido de tener y ganar dinero.
Para mí, como para la mayor parte de la gente, el dinero debe ser un facilitador de la vida, debe ser utilizado para satisfacer las necesidades básicas y proporcionarnos bienestar. Esto no es un canto al consumismo o al despilfarro, es una llamada al saber gastar para ser feliz.
Vivir y tener vida social con amigos y familia implica gastar dinero por poco que sea, pero es que hay gente que no ve a sus hermanos para evitar pagar un café, no acude a bodas de amigos de toda la vida para no tener que hacer un regalo, no practica deporte por no tener que comprar material.
Hay gente que no ve a sus hermanos para evitar pagar un café, no acude a bodas de amigos de toda la vida para no tener que hacer un regalo
El tacaño a costa de los demás genera problemas y ruido ajeno
Pero hay una versión peor del tacaño de toda la vida y es ese que por su tacañería genera problemas a los demás.
Hace poco una amiga se ha cambiado de casa y aunque estaba muy contenta de haber encontrado un piso que le cuadraba justo en la zona que le gustaba casi le da un ataque cuando vio lo sucio y descuidado que le habían dejado el piso para entrar a vivir.
Los caseros no habían gastado ni tiempo ni dinero en limpiar y cuidar la casa, muy al contrario habían hecho chapuzas al más puro estilo Rompetechos restando valor a su propiedad.
El tacaño que sólo él sufre las consecuencias de su racanería no hace daño a los demás pero el tacaño que lo es a costa de los demás genera problemas y ruido ajeno, mucho ruido en la cabeza del damnificado y es que, además, situaciones como las provocadas por la casera de mi amiga hay infinidad.
Y qué difícil es callar el ruido de la cabeza y qué pena que sea causado por dinero, por el dinero ajeno que no se han querido gastar.