Alta Fidelidad

Ruido no esperado en el santuario de Santa Casilda

Lo cierto es que no me desagradan las fiestas, me encanta la música, disfruto viendo a la gente feliz cocinando y compartiendo con sus familiares su tiempo, pero es que no era el sonido que me esperaba. Era completamente antinatural que en ese entorno se escucharan esos ruidos que silenciaban a los que por derecho debían prevalecer.

Cuenta la leyenda que Casilda, hija de un emir toledano musulmán, se sentía apenada por los tormentos a los que eran sometidos los cristianos en las mazmorras de Toledo.

Para amortiguar el dolor de los presos y consolar su sufrimiento les llevaba alimentos a escondidas hasta que un día su padre la descubrió.

Cuando le preguntó que llevaba en el regazo ella contestó que flores. Y milagrosamente la comida que llevaba a los cristianos se convirtió, efectivamente, en flores.

Tiempo más tarde, Casilda enfermó gravemente y los cautivos le hablaron de unos pozos que contenían agua sanadora en Castilla.

En el pozo de San Vicente la joven se curó de su enfermedad y allí se quedó toda su vida dedicada a la oración y a la atención a los necesitados.

Santa Casilda

Hoy, en la comarca burgalesa de la Bureba, en Briviesca, se encuentra el Santuario de Santa Casilda rodeado de un entorno natural de gran belleza y acompañado por el pozo de San Vicente y el Pozo Blanco. Según la leyenda, hace fértiles a las mujeres que se encomiendan a Santa Casilda.

Los que acuden allí esperan disfrutar del arte y de la tranquilidad de un paisaje maravilloso

Los que acuden allí, al margen de compartir o no la espiritualidad del enclave, esperan disfrutar del arte del Santuario y de la tranquilidad de un paisaje maravilloso.

Hace unos días volví a Santa Casilda, un lugar al que me gusta ir de vez en cuando. Pero cuando salí del coche ya me di cuenta de que no iba  a disfrutar de un paseo relajante.

Santuario de Santa Casilda en Briviesca – Burgos – España

Animación y ruido

No iba a escuchar los sonidos propios de la naturaleza a estas alturas del año. No iba a disfrutar del murmullo de las conversaciones de las familias que van a pasar el día a la chopera. Y no lo iba a hacer porque un grupo de personas había decidido que éste fuera el escenario de un concurso de tapas animado  y muy ruidoso.

Había un animador que retransmitía con un altavoz los logros de los participantes, había música más propia de un bar nocturno que, desde luego, de las montañas burgalesas. Había incluso un motor que les proporcionaba electricidad para poder cocinar…

Era antinatural que en este entorno se escucharan ruidos que silenciaban a los que por derecho debían prevalecer

No voy a decir que me estropearan el día, pero sí me sentí decepcionada por no poder disfrutar con todos los sentidos de este entorno maravillos

Esa desconexión a la que invita este rincón de Briviesca se hizo imposible escuchando a voces “La chica  Ye Yé”, a Sia, a Perales

En fin, lo que se les iba ocurriendo y sin ningún criterio único.

Lo cierto es que no me desagradan las fiestas, me encanta la música, disfruto viendo a la gente feliz cocinando y compartiendo con sus familiares su tiempo, pero es que no era el sonido que me esperaba. Era completamente antinatural que en ese entorno se escucharan esos ruidos que silenciaban a los que por derecho debían prevalecer.



Imaginando sonidos

Me perturbaría de igual manera ir a una discoteca y escuchar música clásica o ir al supermercado y oír hojas de libros pasar…

Me rechina cuando voy por la calle y un adolescente decide deleitar a todos los peatones con la música de su móvil a toda pastilla

Cuando imaginamos una situación, no sólo lo hacemos visualmente, también nos hacemos una idea de los sonidos que vamos a recibir y nos decepciona que no se cumplan esas expectativas.

Así, me rechina cuando voy por la calle y un adolescente decide deleitar a todos los peatones con la música de su móvil a toda pastilla o cuando en una reunión de amigos de pronto se hace un silencio que parece que se alarga eternamente.

O cuando alguien habla en el tren con su móvil como si estuviera en su casa.

¡Qué importante es que se cumplan las expectativas y qué importante es que se cumplan en todos nuestros sentidos!

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