¡Solos ante el peligro real de la contaminación por ozono: 2.500 muertes al año! El aire contaminado por ozono ha afectado en 2023 a 45,8 millones de personas (96% de la población) y a 502.000 kilómetros cuadrados, (99% del territorio).
Son datos del Informe estatal sobre ozono de Ecologistas en Acción, que analiza datos recogidos en 500 estaciones oficiales de medición de todo el territorio español, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2023.
Presenta datos exhaustivos de la contaminación por ozono, desglosados por comunidades autónomas y localidades.
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¡Solos ante el peligro real de la contaminación por ozono: 2.500 muertes al año!
El ozono es un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa, sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores.
Estos contaminantes son emitidos por:
- Transporte, principalmente vehículos diésel
- Centrales termoeléctricas
- Ciertas actividades industriales
- Ganadería intensiva
Contaminante de primavera y verano
El ozono es el contaminante atmosférico que afecta, año tras año, a más población y territorio en el Estado español. Y el más estrechamente ligado al cambio climático, por su relación con la radiación solar.
Durante 2023, sus niveles han repuntado como consecuencia de la primavera y el tercer verano más cálidos desde 1961. Hemos vivido numerosos episodios cálidos entre abril y septiembre y cuatro intensas olas de calor en julio y agosto.
Aire con más ozono del recomendado por al OMS
El informe toma como referencia el valor diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El aire contaminado por ozono ha afectado en 2023 a 45,8 millones de personas en el Estado español, el 96% de su población, así como a 502.000 kilómetros cuadrados, el 99% del territorio.
Es decir, casi toda la población española ha respirado en 2023 un aire con más ozono del recomendado por la OMS.
Objetivo de calidad del aire de la Comisión Europea para 2030
Si se considera el obsoleto valor objetivo trienal establecido por la normativa, más laxo que el de la OMS, la población que ha respirado aire con más ozono del permitido en el periodo 2021-2023 (que incluye un año de pandemia) se limita a 2,2 millones de personas
Estamos hablando de un 5% de la población total, en la Plana de Vic y el Prepirineu catalanes y en el Corredor del Henares, la zona Urbana Sur, la Sierra Norte y las Cuencas del Alberche y del Tajuña madrileñas.
Considerando el nuevo valor objetivo propuesto para 2030 por la Comisión Europea en la revisión en curso de la normativa de calidad del aire, la población que habría respirado aire contaminado por ozono en España aumenta hasta 8,2 millones de personas, el 17% de toda la población.
Uno de cada seis españoles afectados
En otras palabras, uno de cada seis españoles habría respirado en 2023 un aire que incumpliría el nuevo estándar legal propuesto por la Unión Europea.
La frecuencia de las superaciones de los estándares de la OMS y legal ha sido inferior a la de los años previos a la pandemia, con descensos de respectivamente el 18% y el 29% en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto del Estado.
Sin embargo, 2023 ha sido el año con más superaciones desde 2015 del umbral de información, coincidiendo con los episodios cálidos de finales de junio, de julio y de agosto.
Zonas afectadas por el ozono
Durante 2023, los territorios más afectados por el ozono han sido Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, y Murcia. Ha aumentado también en Asturias y Norte de Galicia.
En cambio, los niveles de ozono se han reducido en el litoral mediterráneo (Illes Balears, Cataluña y Comunitat Valenciana), el Valle del Ebro (Aragón, Navarra, La Rioja y País Vasco), el Noroeste peninsular (Castilla y León, Cantabria y Sur de Galicia) y Canarias.
Diecisiete zonas de Andalucía, Illes Balears, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunitat Valenciana, Extremadura y Comunidad de Madrid, con 11,8 millones de habitantes, han seguido incumpliendo el objetivo legal en el trienio 2021-2023.
Lo han excedido en al menos una de las estaciones de medición ubicadas en su interior. Siendo una treintena las zonas donde se incumpliría el nuevo objetivo legal propuesto para 2030, en nueve Comunidades.
Cambio climático, factor determinante
El cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire por ozono por:
- aumento de la radiación solar
- alargamiento progresivo de la duración del verano (estimado por la AEMET en un día al año)
- reducción de las precipitaciones, a sumar a otros inconvenientes ambientales entre los que en 2023 hay que destacar en España la intensa sequía primaveral y estival
Contaminación por ozono, problema sanitario de primer orden
La contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden. Causa cada año 2.500 muertes en el Estado español, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. Afecta a niñas y niños, mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades cardiorrespiratorias.
Durante el verano de 2023, el Instituto de Salud Carlos III ha identificado 3.000 muertes atribuibles a las elevadas temperaturas.
Coste sanitario y laboral
El coste sanitario y laboral de la contaminación por ozono fue de 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33% del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.
Sólo los costes económicos de la menor producción de dos cultivos como trigo y tomate, por su exposición al ozono en España, se estimaron en 800 millones de euros en el año 2000, el 3,2% del PIB agrícola.
Falta información a los ciudadanos
La información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema.
Los gobiernos de Aragón y Asturias no han advertido a la población de los episodios de ozono de este verano, como es preceptivo, mientras las restantes comunidades autónomas se han limitado a difundir avisos rutinarios, por procedimientos que no han permitido una difusión eficaz de la información.
Inexistencia de planes de calidad del aire
Existen muchas pruebas de la gravedad de la situación y de la falta de actuación relevante de las administraciones: sentencias del Tribunal Supremo (2020), tribunales superiores de Castilla y León (2018 y 2023), Navarra (2021), Cataluña (2022) y Comunitat Valenciana (2023).
En ella, se condena a sus gobiernos a aprobar a la mayor brevedad planes de calidad del aire para reducir el ozono, por el incumplimiento desde 2010 de los objetivos legales.
Sin Plan Nacional de Ozono
Ecologistas en Acción considera inaceptable que un año más sigamos sin Plan Nacional de Ozono, cuya elaboración se demora desde 2015.
En 2023 se han publicado las Bases Científicas del Plan, pero siguen sin concretarse los objetivos, las medidas y el calendario del Plan Nacional. La organización ambiental pide a Teresa Ribera, Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que comprometa su aprobación en 2024.
Vías para reducir la contaminación del aire por ozono
Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire por ozono son:
- disminuir el tráfico motorizado
- sustituir los disolventes orgánicos por agua
- ahorro y eficiencia energética,
- despliegue ordenado de las energías renovables,
- Áreas de Control de Emisiones del Mar Mediterráneo y el Atlántico Noreste
- reducir el tráfico aéreo
- penalizar fiscalmente a los vehículos diésel
- moratoria para las macrogranjas
Incumplimiento de los municipios de más de 50.000 habitantes
Transcurrido casi un año desde el fin del plazo para que los municipios de más de 50.000 habitantes establecieran zonas de bajas emisiones, para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, apenas una docena de ciudades han cumplido formalmente esta obligación legal.
Y esto, pese a los fondos públicos que están recibiendo para su implantación. Ecologistas en Acción pide a las autoridades locales que prioricen la salud de sus vecinos.
La crisis de la COVID–19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria y los edificios son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales, también en el caso del ozono.
La dramática situación creada por la pandemia ha corroborado que la reducción de las emisiones de sus precursores es efectiva para combatir la contaminación por ozono.