Adolescencia y cambios en el sueño. Buscamos información profesional con la Dra. Irene Rubio Bollinger, especialista en Neurofisiología Clínica y patologías del sueño del Hospital Quirónsalud Sur.
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Adolescencia y cambios en el sueño
Dra. Irene Rubio Bollinger
La adolescencia es una época de transición de la infancia a la adultez que incluye grandes cambios en el individuo. En esta etapa es fundamental conseguir un bienestar psicológico, emocional y físico para conseguir un buen descanso y viceversa.
Pero sabemos que hoy en día muchos adolescentes no tienen un sueño de calidad ni duermen las horas suficientes.
En este artículo vamos a tratar los problemas principales a los que se enfrentan y las maneras de afrontarlos.

Cambios hormonales y físicos
Durante la adolescencia se producen cambios fisiológicos que provocan cambios en los ritmos de sueño y vigilia. Éstos se pueden ver agravados por los malos hábitos que son frecuentes durante esta época y por las exigencias de horarios tempranos de entrada en los centros educativos.
Los adolescentes experimentan en esta etapa cambios hormonales y físicos al mismo tiempo que se producen cambios en las estructuras cerebrales con variaciones funcionales intensas.
Todo esto se suma a las actividades que realicen y que retrasen la hora de irse a dormir como el uso de pantallas o la actividad social y la necesidad de levantarse muy temprano para acudir al centro educativo.
Y así, contribuyen a que estén privados de sueño de manera crónica e incluso que desarrollen otras patologías del sueño debido a todo esto.
Adolescencia y suma de alteraciones del sueño
Durante la adolescencia se produce de manera biológica un retraso en la necesidad de ir a dormir porque se retrasa nuestra señal biológica interna para que esto se produzca.
Si le añadimos el uso tardío de pantallas y los cambios de horarios los fines de semana por temas sociales podemos ir agravando esta alteración a lo largo de los días y semanas.
Esto producirá una somnolencia excesiva durante el día y alteraciones de la atención y concentración en las horas lectivas, alteración del humor y aumento de conductas más impulsivas. Incluso pueden presentarse síntomas de ansiedad o depresión; reduciendo todo esto la calidad de vida.

Pautas de higiene del sueño y horarios regulares
Si mejoramos las pautas de higiene del sueño y aplicamos horarios más regulares durante todos los días de la semana podrán mejorar mucho sintomáticamente.
Igualmente, una regularidad en los horarios de las comidas sin retrasarlas a lo largo del día, realizar ejercicio de manera regular y evitar demasiados excitantes contribuirán a una mejora en la calidad del sueño.
Es aconsejable evitar pasar tiempo despierto durante el día en la cama realizando actividades mentales, comer o charlar por teléfono o revisar correos y mensajes con el fin de que la cama sea solo el lugar para dormir.
Adolescentes conectados
El hecho habitual de que los adolescentes quieran estar «conectados» a los demás por redes y estar al tanto de todo por medios digitales influye en un detrimento del descanso.
La luz de las pantallas retrasa la secreción de melatonina y produce mayor fragmentación del sueño, la atención que se presta a los contenidos o mensajes entrantes, videos, etc., produce una activación del cerebro cuando lo que se necesita es calmar la mente.
Todo esto hará que sea más difícil conciliar el sueño y se reduzcan las horas reales de descanso nocturno.
Igualmente, en los casos en los que el adolescente sea objeto de cyberbullying se van a producir alteraciones del estado anímico, rumiación y alteración del sueño que pueden generar un trastorno más crónico del sueño como el insomnio.

Enfermedades que interfieren con el sueño
En las consultas de sueño debemos también interrogar sobre enfermedades que pueda padecer el adolescente que estén interfiriendo con su sueño; suelen presentar síntomas de asma, rinitis, diabetes tipo 1, síndrome de piernas inquietas, TDAH e incluso epilepsia.
Todas estas condiciones deben ser rigurosamente descartadas ya que influencian de manera importante la calidad del sueño.
Igualmente, la toma de fármacos para cualquier condición aguda o crónica o incluso fármacos usados como hipnóticos como pueda ser las benzodiacepinas o melatonina también pueden producir alteraciones del sueño.
Ingesta de sustancias tóxicas
Interrogar sobre la ingesta de sustancias tóxicas como pueda ser el tabaco, alcohol, marihuana u otras sustancias psicoactiva.
De manera inicial pueden dar la sensación de inductores del sueño o disminución de estrés, pero en realidad producen una fragmentación del sueño muy importante. Se deben descartar casos de posibles adicciones, ya sea a sustancias, pantallas, etc.
Es por ello que la atención en las unidades de sueño de la población adolescente debe incluir una historia clínica detallada para poder hacer un diagnóstico adecuado y aplicar pautas y un tratamiento individualizado y personalizado.
