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Sonido del cambio de las cuatro estaciones

Ni el  21 de marzo, ni el 21 de junio, ni el 21 de septiembre, ni el 21 de diciembre. Yo no siento el fin de una estación y la llegada de la siguiente cuando lo marca el calendario astronómico. Para mí, la llegada de una estación nueva ocurre cuando percibo los cambios a través de los sentidos.

El sonido del cambio de las cuatro estaciones – Carmen G. Campos – La ventaja del caracol


Ni el  21 de marzo, ni el 21 de junio, ni el 21 de septiembre, ni el 21 de diciembre. Yo no siento el fin de una estación y la llegada de la siguiente cuando lo marca el calendario astronómico.

Para mí, la llegada de una estación nueva ocurre cuando percibo los cambios a través de los sentidos.



El sonido del otoño

Septiembre es un momento de comienzos. La gente estrena ropa nueva aunque, quizás, ni siquiera haga frío para ponérsela aún.

Volvemos al trabajo y los niños al colegio, y las casas se llenan de pequeñas cosas que huelen a nuevo: los libros, los zapatos cerrados, las legumbres que han estado meses esperando en el armario…

Vuelven los atascos y  el estrés acústico, pero también ese ratito en el coche escuchando el programa matinal que te saca una sonrisa

Los escenarios y, por tanto los sonidos son diferentes, vuelve el bullicio de las entradas y las salidas de los colegios pero durante horas se pierde ese sonido estival que llena las calles cuando los niños están de vacaciones.

Vuelven los atascos y con ellos el estrés en general y el acústico en particular, pero también está ese ratito en el coche escuchando el programa matinal que te saca una sonrisa. El comienzo de septiembre es el otoño.



El sonido del invierno

Yo, que vivo en un sitio bastante frío, no encuentro mucha diferencia de temperatura entre el otoño y el invierno, así que la Navidad es la llegada del invierno. Las fiestas con la familia, las quedadas con los amigos para brindar, los días sin trabajar o, en ocasiones, los finales de año agobiantes por los objetivos laborales.

… no encuentro mucha diferencia de temperatura entre el otoño y el invierno, así que la Navidad es la llegada del invierno

Hay miles de sonidos que identifican estas fiestas: los fuegos artificiales, las panderetas, los petardos, el murmullo continuo de la gente haciendo sus compras en las principales calles de la ciudad, el silencio antes de la primera campanada y el ruido de los besos al terminar la última, la cabalgata de los Reyes Magos y mis voz para pedirles lo que ya les he escrito en la carta.

Después siguen los largos meses de frío, en los que aquí donde vivo, suele acompañarnos la nieve, silenciosa en sus comienzos y ruidosa después por las caídas de los viandantes, los patinazos con el coche y los portazos de las casas cuando vemos que no se puede salir a la calle.



El sonido de la primavera

La llegada de la primavera es cuando puedo quitarme el abrigo de plumón-pluma, a veces es realmente tarde, mucho después de la fecha oficial del 21 de marzo.

La llegada de la primavera es cuando puedo quitarme el abrigo de plumón-pluma

No voy a describir los sonidos de la naturaleza que acompañan a esta estación porque para mí la llegada de la primavera es la vuelta a hacer cosas fuera de casa, es hacer planes con la familia y los amigos.

Sus voces y el ruido que hacemos al juntarnos son mis sonidos de la primavera.

Carmen G. Campos es periodista y experta en comunicación. Autora de la serie ‘La ventaja del caracol’ en jupsin.com y conRderuido.com

El sonido del verano

La llegada del verano siempre la relaciono con los exámenes de junio, cuando me levantaba a estudiar y oía el ruido de los vencejos.

No estaban ahí el resto del año y no los oía porque las ventanas estaban cerradas pero hoy, que hace muchos años que no tengo exámenes en junio, cuando oigo a esos pájaros me viene esa sensación de la llegada del verano, de estar deseando terminar el curso y disfrutar del tiempo libre.

Un sonido puede despertar emociones que curiosamente vuelven una y otra vez como lo hacen las estaciones del año.

Ahora mis vacaciones son más cortas pero los sonidos de esta estación siguen relacionados con aquellos que vienen de la calle, los de la playa…

… los del paseo marítimo de Jávea que vamos haciendo nuestro, de las piscinas en las urbanizaciones de mis hermanas, de la casa del pueblo donde conviven en armonía y sin molestarse los ruidos propios de la naturaleza con el provocado por las aspas de los molinos eólicos.

Los sentidos nos pueden hacer viajar por nuestra mente a recuerdos remotos o algunos cercanos que teníamos aparcados en la memoria. Un sonido o un olor pueden de pronto despertar emociones que curiosamente vuelven una y otra vez como lo hacen las estaciones del año.


Puedes leer más artículos de Carmen G. Campos de la serie ‘La ventaja del caracol’ en jupsin.com

Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y Máster en Protocolo y Comunicación. Quince años de experiencia profesional, tanto en periodismo como en el ámbito de la comunicación empresarial y las relaciones públicas. En la serie de artículos 'La ventaja del caracol' mira a su alrededor "para ver qué nos condiciona y cuestionar lo que siempre hemos dado como bueno".

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