Reflexiones en torno a la comunalidad como apuesta para una mejor convivencia ciudadana – Por Laura Quiun
- Hablar de comunalidad, concepto que introduje en mi artículo anterior, nos lleva a dejar de pensar en nosotros y acercarnos a una visión inclusiva, que hace referencia al fomento de relaciones armónicas como una forma que permite crear resiliencia social.
- ¿Y si hablamos de resiliencia social?
Los seres humanos, si bien tenemos características que nos definen de manera intrínseca, un temperamento que es propio de cada uno, también es cierto que día a día vamos siendo modelados por la sociedad, del mismo modo que la vamos construyendo y cambiando día a día.
Hablar de comunalidad nos lleva a dejar de pensar en nosotros y acercarnos a una visión inclusiva
Hablar de comunalidad, concepto que introduje en mi artículo anterior, nos lleva a dejar de pensar en nosotros y acercarnos a una visión inclusiva, que hace referencia al fomento de relaciones armónicas como una forma que permite crear resiliencia social.
Comunalidad, una nueva forma de ser y estar
Al mismo tiempo, como un paso natural que forma parte de un devenir social que de forma multinivel, en distintos grupos, da voz al espacio femenino, no visto únicamente como una cuestión de género sino como una nueva forma de ser y estar en lo social apostando por espacios desarrollados a partir de claves que reividican la solidaridad, la cooperación, lo emocional, el respeto a las diferencias y las relaciones horizontales.
Comunalidad es un saber ancestral que describe la forma cómo se relacionan en las comunidades indígenas, una sabiduría basada en el conocimiento de los procesos de la naturaleza
Este término, surgido en América latina y que es un saber ancestral y describe la forma como se relacionan en las comunidades indígenas, habla de una sabiduría basada en el conocimiento de los procesos de la naturaleza, al mismo tiempo que pone en valor a quienes se ha visto como personas sujeto de ayuda y apoyo, no a personas de las cuales también se puede aprender.
Como sugiere Martínez Luna (2015), es un concepto válido en la actualidad dado que responde a necesidades de este momento, pudiendo variar según se desarrolle en el tiempo.
Este concepto, en estos momentos de pensamientos extremos, que a modo personal considero que son el otro lado de la moneda de otros que hacen una reivindicación identitaria, puede constituir un área sobre la cual sea oportuno reflexionar y entender desde las propias claves y la coyuntura actual. Aceptando que el proceso actual es parte de un devenir social, en el que se ha buscado de manera continua reinvidicar una memoria histórica, negada por unos cuantos, y presente de manera latente en ambos grupos de la sociedad.
Dar voz y/o reconocer
Plantea dudas si el dar voz es lo mismo que reconocer, a la vista de aquello que trae consigo tirar de un hilo, es descubrir una visión hedonista en torno al propio sentir, dejando de lado una visión más holística del conjunto social, llevando incluso a una visión sesgada de aquello que pasa.
Recuperando y equiparando el holocausto a situaciones que no se ajustan a la realidad actual, o mejor dicho a la percepción que determinado grupo social puede llegar a tener sobre determinado tipo de hechos.
Resulta preocupante, en este sentido, el resurgimiento y consolidación de ideas que apelan a la unidad a partir de planteamientos que se ajustan a aquello que decía Zygmunt Bauman al referirse al marco ideológico que hizo posible el holocausto, el ataque al pluralismo social y cultural a través de la expresión política de propuestas orientadas a debilitar bases sociales de la democracia.
La divergencia de ideas permite reflexionar sobre prácticas normalizadas que en la actualidad no siempre se ajustan a nuestros valores como sociedad
Lo peligroso, en este caso, no son aquellas ideas que cuestionan, como sugerían imaginarios pasados. La divergencia de ideas no es peligrosa, en tanto que apela a un sentido crítico sobre aquella forma como estamos en sociedad. Como aprendí hace años a después visualizar el documental FGM como mi primer día de trabajo en una ONG en la cual trabajé hace unos años, gracias al cual aprendí que en ocasiones en nombre de la tradición se hacen auténticas barbaridades.
La divergencia de ideas permite reflexionar sobre prácticas normalizadas que en la actualidad no siempre se ajustan a nuestros valores como sociedad. Como aprendí hace años a través de un proyecto en el que participé referido a la erradicación de la ablación femenina, la tradición por la tradición, no vale, si con ello destruimos.
En este sentido es importante precisar que la reflexión de Bauman en Holocausto y Modernidad, va más de describir este terrible acontecimiento, buscando rescatar la confluencia de elementos que condujeron a esta desgracia. Describiéndolo como el resultado de un proceso, un producto, de aquello que sucede cuando confluyen elementos que manera separada no eran nada, y en su conjunto posibilitaron desde su normalidad que el holocausto fuera posible.
Con este libro nos anima a extrapolar y desde allí, vigilar y cuidar para que estos hechos no se vuelvan a dar. Una de las claves consiste en pensar en términos de diversidad, el cambio y el hecho, que este proceso configurado en contextos distintos y con fines diversos, puede mutar en una destrucción del otro.
El problema, si lo planteamos en términos de convivencia, va quizá por no mirar al otro desde esa otredad prefijada por su gentilicio, y poder nombrarlos, en otros términos más personales, vinculares. Y por qué no, con nombres propios, sabiendo que detrás de cada nombre hay una persona, con un saber y sentir particular, la cual desde su singularidad aporta a la creación de una identidad diversa e inclusiva.
Comunalidad, quitar marcos y explorar nuevas opciones
Hablar de comunalidad, prestando oído a aquellos pueblos a los que se busca proteger o cuidar, puede contribuir a quitar marcos y explorar nuevas opciones fuera de la caja
Hablar de comunalidad, prestando oído a aquellos pueblos a los que se busca proteger o cuidar, en este caso puede contribuir a quitar marcos y explorar nuevas opciones fuera de la caja. Redefiniendo objetivos sociales que van acompasados de otros valores, como el respeto a las diferencias, una cultura en la cual se gestionen los conflictos de manera pacífica, y que esté en armonía con la naturaleza.
En Holocausto y Modernidad, Bauman describe distintos procesos que facilitaron esta desgracia dentro de los campos. En este sentido, cabe fijar nuevamente nuestra visión fuera de la caja y explorar en aquellos espacios paralelos que se escriben continuamente y que facilitaron que otros pudieran vivir fuera.
La solidaridad es uno de ellos, el respeto a la humanidad, otro; cuestiones sobre las que sugiero reflexionar si una parte de nosotros y nosotras es lo que buscamos, con independencia de las ideas, orientándonos así a aquello que nos une y dejando atrás aquello que nos separa.
Referencias
- Martinez Luna, J. (2015). Conocimiento y comunalidad. Bajo el volcán, 15 (23), 99-112.
- Bauman, Z. (2015).Modernidad y holocausto.Editorial Sequitur.