Emprende tu vida
Algo de lo que más me sorprendo siempre es de nuestra búsqueda insaciable de autenticidad mientras nos pasamos la vida atados a lo que sólo parece pero no es… Por un lado, luchamos por parecernos a los demás y estandarizarnos lo máximo posible. Por otro, valoramos el espíritu rebelde de muchos que son capaces de decir no cuando todos dicen sí y bajan la cabeza.
Nos quedamos perplejos mirando a otros que han conseguido lo que nosotros deseamos y soñamos, pero nunca nos fijamos en el trabajo que han hecho hasta llegar a la meta. Ni vemos el miedo que han superado hasta conseguir lo que querían y ocupar este lugar.
Vivimos en una sociedad que nos ayuda a mantener siempre un hueco en nosotros para poder ofrecernos mil alternativas para llenarlo de forma artificial, previo pago siempre, en forma de alto contenido en grasas saturadas o de vestido imposible. Que nos ofrece reclamos para que busquemos siempre las respuestas fuera y evitar a toda costa que miremos dentro de nosotros. No sea que lo hagamos y descubramos que podemos vivir de otra forma y lo acabemos cuestionando todo.
Ser, existir. Dejar de fingir. Dejar de poner excusas y soltar todas la amarras hasta fluir
Y mientras por un lado, nos venden tanto artificio, por el otro creo que estamos despertando y dándonos cuenta de que no podemos seguir así. Que la respuesta que buscamos es no nada nuevo sino algo antiguo, algo que yace en nosotros desde siempre y a lo que no hemos hecho caso porque era tan sencillo que parecía no tener importancia.
Estamos ante un cambio de conciencia. Un cambio de rumbo que tenemos que ser capaces de ver y seguir porque nos va a en ello la oportunidad de reconstruir nuestras vidas. Sólo con que fuéramos capaces de defender lo que somos. Y hacerlo sin violencia, con pasión, sin rencor, con esperanza… Siendo capaces de empezar de cero y volver a lo básico.
Ser, existir. Dejar de fingir. Dejar de poner excusas y soltar todas la amarras hasta fluir.
Cada vez es más necesario ser uno mismo porque a la alternativa se le ve el truco. Porque seguir con el molde es rematadamente triste y ya no engancha a nadie.
Que cada uno lidere su vida y escoja cómo quiere que sea. Que todos emprendamos nuestra vida y la llevemos al éxito. Que proyectemos lo que somos y brillemos como merecemos
Nos han vendido la imagen ideal y luego, cuando alguien tiene el valor de llevar la contraria y decir algo real, algo de verdad, algo que siente y que le entusiasma, nos lanzamos a escucharle porque nos damos cuenta de que tiene algo grande entre manos.
Se habla mucho de liderazgo, del de verdad, de las personas que guían a otras pero que van a su lado y bajan de sus pedestales y miran a los ojos, de tú a tú.
Aunque creo que lo que realmente toca ahora es que todos seamos líderes. Que cada uno lidere su vida y escoja cómo quiere que sea. Que todos emprendamos nuestra vida y la llevemos al éxito. Que proyectemos lo que somos y brillemos como merecemos…
El líder que buscas eres tú
Hace tiempo que buscas a alguien a quién seguir y admirar, alguien que te guíe para saber dónde poner los pies para no tropezar. Deja de buscar, ese líder eres tú.
Nos hemos hecho mayores gracias a nuestros tropiezos. Gracias a cada uno de los momentos de miedo, asco, vergüenza, ansiedad, torpeza. Somos lo que somos porque un día nos atrevimos a ser.
Cada vez se llevan menos los gurús y buscamos más a las personas.
Cada vez nos gustan más los líderes humanos, cansados, rotos a veces, vulnerables pero firmes y con valores, con ideas claras, con valor y ganas de compartir… Y todos podemos serlo si nos encontramos y escuchamos, sin nos tomamos el tiempo y el trabajo de saber quiénes somos.
Nuestros nuevos héroes no llevan capa, van en metro leyendo un libro y hablan con personas del otro lado del mundo, conectan contigo porque saben usar las palabras sin artificio y se ponen la alarma para no llegar tarde a buscar a sus hijos al cole.
Nuestros referentes se equivocan y siguen. Lo dicen en voz alta para que los sepamos, nos transmiten sus miedos y flaquezas, nos hablan de cómo superarlos y poner un pie tras otro para continuar el camino.
Cada vez hay más distancia entre lo que muchos quieren que compremos y lo que realmente buscamos
Y un día, despertamos
Cada vez queremos más lo auténtico y estamos desesperados por encontrarlo.
Por eso, no tiene sentido continuar negándonos quiénes somos.
No podemos seguir vistiéndonos de gris y acudiendo a conferencias de quiénes han decidido vivir su vida de forma libre. No podemos negar lo que sentimos ni ahogar nuestras ganas de ser libres a cambio de seguridad ficticia y programas de televisión donde lo que menos importa es la dignidad.
Buscamos la fórmula para ser nosotros mismos en los libros, en los tuits, en cualquier lugar donde encontramos a alguien que ha conseguido vivir siendo distinto, sin importarle lo que digan o lo que otros dicten.
Y un día, despertamos. Nos damos cuenta de todo esto y ya no podemos ser los mismos. Ya no podemos fingir que aspiramos al jardín con seto y el coche rápido. Se nos ve en la cara que lo que realmente queremos aún no está escrito, porque lo estamos creando nosotros en nuestra mente. Lo dibujamos cuando nos planteamos nuestra vida y la vemos gastada. Cuando nos damos cuenta de que necesitamos algo que aún nadie ha imaginado y que no existe todavía. Nuestro propio proyecto. Nuestra vida.
Nunca como ahora nos habíamos podido permitir tanto ser vulnerables y no avergonzarnos. Porque ahora se buscan personas que reconocen sus debilidades y las convierten en fortalezas.
Es el momento de los que se dibujan sus mapas y crean ellos mismos los tesoros.
Es el momento de los que se dibujan sus mapas y crean ellos mismos los tesoros
El momento de los que imaginan otras vidas posibles y están dispuestos a crearlas.
El momento de los rebeldes. De los humildes. De los que esperan aprenderlo todo de nuevo porque lo que les han contado no les gusta, porque es de otro paradigma, porque no les define ni llena por dentro.
Es el momento de los que son como dicen que son
Es el momento de los que se plantean qué quieren y se comprometen a encontrarlo, a construirlo, a vivirlo.
El momento de los que no piensan para hasta ser ellos mismos aunque el camino sea duro.
El momento de los que se atreven a mirar en su interior aunque asuste
De liderar y guiar. De aprender y atreverse. De reconocer errores y exprimirlos para extraer la lección.
Es el momento de lo auténtico, lo real, lo que no tiene trampa, lo que aún está por inventar esperando a que a ti se te ocurra.
Es tu momento, no lo dejes pasar.