El círculo saludable de cuidar la flora intestinal y la calidad del sueño. Interesante artículo de la Doctora Irene Rubio Bollinger, especialista en Neurofisiología Clínica y en patologías del sueño de la Unidad de Sueño del Hospital Quirónsalud Sur.
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El círculo saludable de cuidar la flora intestinal y la calidad del sueño
Doctora Irene Rubio Bollinger
La microbiota del intestino controla muchos aspectos de nuestro metabolismo: desde el apetito hasta el sistema inmune. Y estos procesos también impactan sobre nuestro sueño.
Cuidar la flora intestinal puede ayudarnos a descansar mejor. E igualmente cuidando nuestro sueño podremos evitar alteraciones de nuestro sistema digestivo.
La alteración de la microbiota se ha asociado a cáncer de colon, obesidad, problemas cardiovasculares, diabetes y otros. Ahora también los estudios muestran que alteraciones de la microbiota alteran nuestro sueño.
La alteración de la microbiota altera el sueño
Una alteración de la flora intestinal puede darse por ejemplo por un tratamiento antibiótico. Además de notar una alteración de la digestión también podemos notar alteraciones del sueño durante ese tiempo. En muchos casos podemos notar noches de insomnio.
Y es que el antibiótico suele acabar con gérmenes saprofitos de nuestro intestino; este microbioma natural nos ayuda a digerir el alimento, regular el sistema inmune y generar vitaminas como la B12. Su alteración parece impactar también en nuestro sueño.
La alteración del sueño altera la microbiota
Se ha observado en modelos animales que una microbiota más pobre y menos diversa reduce la duración y la calidad del sueño.
Pero de igual modo se ha observado que una mala higiene del sueño y una alteración de los ritmos circadianos de sueño-vigilia provocan una alteración de la microbiota intestinal conocida como disbiosis.
Estas alteraciones intestinales suelen verse con frecuencia en trabajadores a turnos nocturnos o personas que se exponen con frecuencia a viajes transoceánicos cambiando constantemente el ciclo sueño-vigilia.
Lo que parece claro es que la relación es bidireccional. Aun así, los mecanismos subyacentes están todavía en estudio.
Por ejemplo, se ha visto que la alteración del sueño produce una disminución en la sensibilidad a la insulina y esto puede influir en un aumento de peso y obesidad.
Butirato y calidad de sueño
Lo que comemos se transforma en metabolitos que entran en nuestro torrente circulatorio y ello en nuestro cerebro.
Los alimentos se transforman en una parte en ácidos grados de cadena corta, acetato y butirato que tienen un papel importante en el metabolismo. Niveles elevados de butirato parecen mejorar el sueño aumentando algunas fases de sueño y mejorando el descanso.
De manera directa también esta microbiota altera el nervio vago (sistema nervioso parasimpático) que regula el estado de ánimo, el comportamiento, la digestión y la respuesta inmune.
La serotonina es un neurotransmisor asociado con frecuencia con nuestra salud mental. Se ha observado que hay muchos receptores de serotonina en el intestino. De hecho, el 95% de la serotonina se produce en el intestino y participa en los intercambios entre el cerebro e intestino a través del nervio vago.
Prevención de enfermedades
Algunas patologías neurológicas surgen con el tiempo a raíz de enfermedades del intestino como por ejemplo la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
En ocasiones, estas enfermedades comienzan con una alteración del sueño conocida como trastorno de conducta del sueño REM.
Este campo, por tanto, supone un área importante de investigación para ir aclarando la relación del sueño con nuestra microbiota y plantear tratamientos preventivos de cara a mejorar la calidad de ambos y prevenir enfermedades.