Tráfico y estado de ánimo
Cada mañana, muchos españoles se montan en sus coches de camino a su puesto laboral y encuentran un gran atasco. En ese atasco, aparecen ruidos constantes que en ocasiones, podemos llegar a soportar, pues nuestro umbral del sonido está, supuestamente, acostumbrado.
La realidad es que no nos percatamos de que, tan solo el hecho de introducirnos en nuestro vehículo, cambia nuestro estado de ánimo. Nos predisponemos a posibles situaciones conflictivas en la carretera, nos predisponemos para actuar de manera agresiva.
Nos predisponemos a posibles situaciones conflictivas en la carretera, nos predisponemos para actuar de manera agresiva
Suspicacia, intolerancia, irritabilidad
Cuando estamos en la carretera y en un atasco, nuestro organismo sufre modificaciones en lo vinculante al sistema cardiovascular.
Varía el ritmo cardiaco y la hipertensión, además de producirse cambios en las glándulas endocrinas y el sistema digestivo.
En definitiva, la exposición al ruido del tráfico hace que nuestro estado de ánimo cambie, empeore y provoque que ese estado no sea puntual, sino que se prolongue durante el día, manifestándonos y comportándonos de manera suspicaz, sin tolerancia e irritable.
Tráfico, atascos y estrés
Generalmente, en la sociedad se suele escuchar la frase, “coges el coche y eres otra persona”. Nada más lejos de la realidad.
El ruido del claxon, de los motores, el frenazo de los coches e incluso los insultos o gritos de determinados conductores hacen que nuestro estado anímico nos haga vivenciar los atascos como algo estresante.
Los niños y la exposición al ruido del tráfico
Existen numerosos estudios que indican que la exposición al ruido del tráfico también genera problemas de desarrollo cognitivo y conductual en los niños. Tanto es así, que provoca una mayor sintomatología del conocido como Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad.
La exposición al ruido del tráfico genera problemas de desarrollo cognitivo y conductual en los niños
Los resultados del estudio realizado por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) en España concluye que un aumento promedio de 10 dB en la exposición al ruido del tráfico rodado desde el nacimiento hasta los 7 años de edad se asocia con un aumento de problemas del comportamiento del 7% en comparación con el comportamiento normal.
Y con un aumento del 5% y el 9% en las puntuaciones de hiperactividad y falta de atención respectivamente. También, con un incremento del 5% y 6% en las puntuaciones de problemas de conducta anormal y problemas en relación entre iguales respectivamente.
Ante estos datos, es necesario concienciarnos de que la exposición al ruido del tráfico, no solo perjudica a los adultos, sino a los menores que están en pleno desarrollo psicoevolutivo.